Sin aire no hay vida. Nuestro primer alimento al llegar a este mundo lo tomamos a través de la respiración. Es lo primero que hacemos por nosotros mismos al nacer: respirar, nuestra primera fuente de energía. Y exhalar es lo último que hacemos justo antes de morir. El aire es nuestro alimento gaseoso y la respiración, una de las mejores herramientas que podemos utilizar para equilibrar nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra salud en general.

Respirar bien, respirar limpio: Alimento y medicina

Sin embargo, raramente nos paramos a pensar en la importancia que tiene la respiración en nuestra vida. Si atendemos al aspecto puramente físico, la manera en la que respiramos es de gran importancia para el estado de nuestros órganos internos, que dependen del oxígeno de la sangre. Con la inhalación, oxigenamos cada célula de nuestro cuerpo, y con la exhalación, contribuimos a desintoxicar el organismo (eso entre otras muchas cosas). De ahí la enorme importancia de la calidad del aire que respiramos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire supone actualmente el mayor riesgo ambiental para la salud y es responsable  de la muerte prematura de unos 7 millones de personas cada año a causa de enfermedades como el cáncer, accidentes cerebrovasculares, cardiopatías y neumopatías. Asimismo, el año pasado tuvo lugar la “Primera Conferencia Mundial sobre Contaminación del Aire y Salud”  y en ella, los países y organizaciones adquirieron más de 70 compromisos para mejorar la calidad del aire. La quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón, gas) es una de las principales causas de la contaminación. A nivel de administraciones, queda mucho trabajo por delante, pero individualmente no podemos mirar para otro lado y es necesario tomar conciencia de nuestra responsabilidad como consumidores y de la importancia de la calidad del aire que respiramos para nuestra salud.

Con la inhalación, oxigenamos cada célula de nuestro cuerpo, y con la exhalación, contribuimos a desintoxicar el organismo

Atender a cómo es nuestra respiración es un paso muy necesario para observar cómo afecta a nuestra salud. Además de lo puramente físico, la respiración también afecta a nuestra parte mental y espiritual.

La respiración nos conecta con nosotros mismos pero también con los otros y con el planeta. Con el fin de concienciar sobre esto, desde 2004 se celebra el “Día Mundial de la Respiración”, que el año pasado cambió su fecha anual al 11 de abril y su nombre a “Día Mundial de la respiración consciente”. La celebración de este día fue promovida por la “International  Breathwork Foundation”, red internacional creada en 1994, que agrupa a profesionales, organizaciones, escuelas y todas aquellas personas interesadas en el trabajo con la respiración. Su objetivo es difundir entre individuos, profesionales e instituciones, lo que es la respiración óptima y consciente y recordarnos la importancia básica y vital para las generaciones futuras, de un aire y entorno limpios y saludables.

La respiración consciente como herramienta terapéutica

A lo largo de la historia, las diferentes culturas han tenido escuelas con técnicas de respiración consciente: India, China, Egipto, Persia, Grecia, Roma… y muchas de ellas incluyeron formas de respiración consciente como parte integral de su sistema de medicina. La tibetana, la china y la hindú son las que más se han extendido por todo el mundo y las que más se practican hoy en día.

Existe una íntima relación entre los estados de ánimo  y el tipo de respiración, al tiempo que cada tipo de respiración nos permite recrear un estado de ánimo. Cuando nuestra mente está en calma, la respiración es lenta. De la misma manera, si atendemos a nuestra respiración y la hacemos lenta, nuestra mente se relajará. Por eso es importante prestar atención a cómo respiramos. Es la llamada respiración consciente, que no sólo nos ayuda a que la energía fluya equilibradamente por nuestro cuerpo sino que relaja la mente, reduce la ansiedad, mejora el humor, aumenta la vitalidad, incluso nos ayuda a una buena digestión y mejor asimilación de los nutrientes.

Respirar bien, respirar limpio: Alimento y medicina

En su libro “7 vías para alimentar tu vida”, Nieves Millán, naturópata, divulgadora de alimentación saludable y consciente y autora de la web www.alimentatuvida.net, incide en la importancia terapéutica de  la respiración consciente. “Hoy en día,  el estrés está acompañándonos permanentemente” comenta Nieves Millán, “por lo que una de las mejores recomendaciones que podemos hacer es parar y atender a nuestra respiración para permitir relajar nuestros músculos y nuestro sistema nervioso”.

Dentro de la práctica de yoga, el conjunto de técnicas para la respiración consciente se conoce como “pranayama”. Como explica Nieves Millán, también profesora de Hatha Yoga y Yoga Nidra, “pranayama viene del sánscrito y hace referencia al “prana”, la energía o fuerza vital. “Con los ejercicios de respiración aumentamos por un lado nuestro caudal de vitalidad permitiendo que mejore nuestra salud física y por otro, activamos ciertas energías latentes en nuestro interior que nos pueden conectar con otra dimensión más profunda, con otra forma de “ver” la realidad”.

Existe una íntima relación entre los estados de ánimo y el tipo de respiración

Respirar por la nariz

La respiración nasal es muy importante. La nariz calienta, humedece y limpia el aire antes de que penetre en los pulmones. Además dispone de unos filtros naturales que impiden la entrada de partículas de suciedad y de virus y bacterias patógenas. Por otro lado, cuando el aire pasa por los senos paranasales, se enriquece con óxido de nitrógeno, que favorece la regulación de la presión arterial. Además interviene en la transmisión nerviosa y la respuesta del sistema inmunitario. Por eso es importante respirar por la nariz siempre que sea posible así como mantener una buena higiene de nuestras fosas nasales. En próximos artículos hablaremos de algunos ejercicios de respiración consciente.

Autora: Marta Gandarillas, Periodista especializada en Salud Natural.

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