No es ni futbolista, ni cantante, ni empresaria y, además, es muy joven -el pasado mes de enero cumplió 16 años-, pero se ha convertido en una de las personas más famosas del mundo. Greta Thunberg es desde hace unos meses la portavoz de una generación preocupada por el futuro del planeta en general y por la crisis o emergencia climática en particular. Su voz, en ocasiones entrecortada, y su figura más bien frágil, contrastan con su discurso de denuncia radical de los problemas que están llevando a la humanidad a un camino sin salida.

Greta Thunberg: el compromiso con el clima es vegano

La lucha contra el cambio climático incluye para Greta no solo una larga lista de decisiones políticas y económicas de alcance global sino que también pasa por un compromiso personal, de cada uno de los habitantes del planeta, para reducir sus impactos negativos.
Entre los compromisos que Greta ha decidido llevar a la práctica se encuentran la conocida renuncia a viajar en avión -para no contribuir a la emisión de gases de efecto invernadero- y la menos difundida dieta vegana.

El pasado mes de agosto, por ejemplo, cuando Greta Thunberg viajó desde Reino Unido hasta Estados Unidos a bordo de un velero, muchos medios de comunicación destacaron la decisión de renunciar a los aviones pero muy pocos detallaron que se puede cruzar el Atlántico en una travesía de 14 días sin necesidad de comer carne, como ella misma explicó antes de zarpar desde el puerto de Plymouth. Sin que ello supusiera ningún problema de logística, toda la comida embarcada en este viaje para Greta era de origen vegetal, de forma que no hubo ningún problema para seguir con la dieta vegana que forma parte de la vida de esta joven sueca desde que cumplió los 13 años y consiguió convencer a sus padres de que su salud no estaría en peligro por dejar de alimentarse de productos animales.

Greta Thunberg es desde hace unos meses la portavoz de una generación preocupada por el futuro del planeta en general y por la crisis o emergencia climática en particular

El pasado 10 de septiembre, poco después de llegar a Estados Unidos, Greta Thunberg fue entrevistada por Amy Goodman para el portal en internet Democracy Now, y explicó algunos detalles de su dieta.

La joven activista se reafirmó en su visión contundente de los problemas ambientales que afectan al planeta y explicó que, para ser coherente con sus denuncias, había decidido dejar de volar en avión y se había hecho vegana; además de poner en práctica una norma de consumo menos conocida que ella denomina ‘shop-stop’ y que comporta que no compra cosas nuevas a menos que sea absolutamente necesario.

En la entrevista, la periodista se muestra sorprendida en especial por su compromiso vegano y Greta se limita a decir que, simplemente, hace unos tres años decidió no comer carne ni consumir otros productos procedentes de animales para contribuir a la defensa del planeta, y que les explicó sus motivos a sus padres, Svante Thunberg y Malena Ernman, que en principio se mostraron preocupados por su salud.

La joven activista explicó que, para ser coherente con sus denuncias, había decidido dejar de volar en avión y se había hecho vegana

Unos meses antes del famoso viaje en barco a Nueva York, en otra entrevista ampliamente difundida a través de Facebook, Greta explicó que había dejado de comer carne y productos lácteos, tanto por motivos éticos como por razones ecológicas. «No estamos viviendo dentro de los límites planetarios y si seguimos por este camino estamos poniendo en peligro la vida de las generaciones futuras. Necesitamos cambiar nosotros mismos ahora, porque mañana quizás será demasiado tarde», respondió Greta a preguntas sobre su modelo de vida.

En esta ocasión, Greta -que entonces todavía no había cumplido los 16 años- estaba acompañada ante las cámaras por su padre y la entrevistadora no pudo evitar preguntarle si él también había dejado de comer carne. Después de escuchar a Greta y entender sus razones, «tenía que volverme vegano, primero vegetariano», comentó el padre de la joven activista ambiental.

La joven activista explicó que, para ser coherente con sus denuncias, había decidido dejar de volar en avión y se había hecho vegana

«Entonces, ¿qué significó para usted renunciar a la carne y luego al queso y los lácteos?», le preguntó la periodista a Svante Thunberg en un tono de evidente desconocimiento. «Nada, no significó nada. He dejado de comer carne por la crisis climática que vivimos. Solo tenemos un par de años, o quizás menos de un par de años para invertir la tendencia, de girar la curva -del calentamiento global- como si estuviéramos en una montaña rusa. Quiero decir, al final sabes que estamos enfrentando una terrible catástrofe y una decisión personal como dejar de comer carne es casi insignificante», respondió con tranquilidad Svante Thunberg.

La propia Greta explicó, en una entrevista publicada en abril por el portal especializado Plant Based News, que trató de convencer a sus padres de que también ellos debían preocuparse por el planeta y cambiar su forma de vida haciendo que se sintieran culpables. «En gran medida, al principio, cuando les explicaba lo que pensaba sobre los problemas ambientales, mis padres eran en estos temas como todos los demás», explicó Greta. «Decían, ‘no te preocupes, alguien inventará algo en el futuro, al final todo estará bajo control». «Pero cuanto más leía sobre el cambio climático más me daba cuenta de que no estaba todo bajo control, así que comencé a preocuparme y hablé con mis padres al respecto. Seguí mostrándoles artículos y gráficos; pero como todos los demás, siempre tenían excusas». Al final, explica Greta, «les hice sentir tan culpables… Seguí diciéndoles que estaban robando nuestro futuro y que no pueden defender los derechos humanos mientras viven ese estilo de vida, así que decidieron hacer esos cambios». Ahora, [la entrevista está fechada en abril de este año] «mi padre es vegano, y mi mamá lo intenta, es 90% vegana», afirma Greta Thunberg.

Autor: Joaquim Elcacho, Periodista especializado en Medio Ambiente y Ciencia.

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