Una mujer utilizará una media de más de 11.000 productos desechables para la menstruación a lo largo de su vida. El tipo de algodón utilizado en estos productos tiene consecuencias trascendentales tanto para el medio ambiente como para los humanos.

La importancia del algodón orgánico en la higiene femenina

Se considera que el cultivo de algodón es el más sucio del mundo. El algodón convencional usa más insecticidas que cualquier otro cultivo en el mundo, y usa los pesticidas más peligrosos del mercado.

La organización Textile Exchange realizó un análisis del ciclo de vida del algodón orgánico y determinó que el impacto de este en el cambio climático es casi un 50% menor que el del algodón convencional, mientras que utiliza un 60% menos de recursos que en el algodón común.

Las prácticas agrícolas orgánicas no permiten el uso de químicos, semillas transgénicas o fertilizantes artificiales. Los campos no se rocían con insecticidas o herbicidas tóxicos, lo que significa que las fuentes de aguas y la vida silvestre se mantienen seguras y fértiles. Los trabajadores de algodón orgánico tienen más control sobre sus medios de vida y no están expuestos a productos químicos peligrosos diariamente.

Los productos para la menstruación son algunos de los artículos más íntimos que usará una mujer en su vida. Ya se trate de un tampón o una compresa, estos productos se colocarán en contacto o dentro de una de las partes más sensibles y absorbentes de su cuerpo.

En 2015, un estudio argentino encontró el herbicida glifosato en el 85% de las muestras de tampones no orgánicos. El glifosato es el químico tóxico que se encuentra en el herbicida de Monsanto, Roundup, el cual se rocía en cultivos de algodón convencionales en todo el mundo. Se ha demostrado que éste contribuye a la causa de la endometriosis, el síndrome de ovario poliquístico y la infertilidad.

Las mujeres no suelen tener ni idea de la gran cantidad de productos químicos que están usando

Para darle ese aspecto blanco puro “limpio”, el algodón convencional se blanquea principalmente con cloro. El blanqueo con cloro libera un subproducto químico llamado dioxina, que se ha demostrado que tiene efectos perjudiciales para la salud. Según la Organización Mundial de la Salud, la dioxina puede causar problemas reproductivos, dañar el sistema inmunitario, interferir en el sistema hormonal y causar cáncer.

Muchos de los productos químicos de uso común que se encuentran en los artículos para el cuidado femenino pueden dañar y/o irritar las células vaginales, provocando otros problemas, incluyendo un mayor riesgo de infecciones bacterianas. El uso de productos de higiene femenina sintéticos y/o no orgánicos también puede causar irritación de la piel, picazón, hinchazón y ardor.

Durante aproximadamente 40 años de la vida de una mujer, los productos para la menstruación están en contacto directo con la membrana mucosa de la vagina. No existe una ley que exija que los productos de higiene femenina declaren los ingredientes en el envoltorio. Las mujeres no suelen tener ni idea de la gran cantidad de productos químicos que están usando. Si usan productos convencionales, habrá una exposición acumulativa de productos químicos nocivos, lo que conducirá a un efecto compuesto de toxinas a lo largo de los años.

Al elegir productos para la menstruación que están hechos con algodón orgánico certificado con un estándar internacional (como el Global Organic Textile Standard (GOTS)), las mujeres pueden estar seguras de que el algodón que están colocando en contacto con sus zonas más íntimas es más sano para ellas, para los trabajadores y para el planeta.

Autora: Elisa Noorduijn, Ejecutiva de Ventas y Marketing, Natracare. Maestría en Desarrollo y Medio Ambiente, King’s College London.

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