¿De dónde viene? El 59% del cacao mundial se cultiva en Costa de Marfil y Ghana, seguidos de Indonesia, Nigeria y Camerún. Juntos suman el 82% del cultivo a nivel mundial. Pero, ¿te has preguntado alguna vez en qué condiciones trabajan estas personas productoras?

¿Qué hay detrás del cacao instantáneo o tableta de chocolate?

Un dato sorprendente es que ellas rara vez prueban el chocolate que se elabora con el cacao que cosechan con sus manos, trabajando además en condiciones especialmente duras, con ingresos que les sitúan muy por debajo del umbral de la pobreza.

Para que nos hagamos una idea, si cogemos como ejemplo Costa de Marfil, en 2018, Fairtrade International estimó que, de media, una familia cacaocultora ingresaba 0’78 dólares diarios frente a los 2’51 diarios estimados como renta mínima, es decir, para salir del umbral de la pobreza extrema.

En estas condiciones, la diferencia entre trabajar y no trabajar es prácticamente nula, ya que, con estos ingresos, tampoco pueden subsistir. Esta situación ha degenerado en un problema mayor: la gente dispuesta a trabajar en estas condiciones  de explotación o esclavitud es poca y para poder mantener los ritmos de consumo en los países del norte, lo que se ha hecho es recurrir a la explotación infantil.

Un producto para niñas y niños hecho por niñas y niños

Según el informe “Hacia la sostenibilidad de las cadenas de suministro del cacao: opciones de regulación para la UE”, en 2015, 1,2 millones de menores en Costa de Marfil y 0,9 millones en Ghana trabajaban en este sector.

El cacao, el café y el azúcar son tres de los productos que se ven más afectados por la violación de los Derechos Humanos en los cultivos en origen

Entre el 80 y el 90% de estos menores, realizaban tareas peligrosas como, por ejemplo, soportar cargas pesadas, manipular productos químicos o trabajar con machetes. Por otro lado, según datos de la Universidad de Tulane, el 26% de los menores de Costa de Marfil y el 46% en Ghana trabajaban más horas de las permitidas. El Barómetro del cacao de 2018, concluye que “ni una sola empresa o gobierno se encuentra cerca del objetivo de eliminar el trabajo infantil, ni siquiera del compromiso de reducirlo en un 70%”.

Problemas de deforestación

Por otro lado, el estudio “Hacia la sostenibilidad de las cadenas de suministro del cacao: opciones de regulación para la UE” señala que los terrenos agrícolas dedicados al cacao producen aproximadamente la mitad de lo que deberían.

Esto es debido, en gran medida, a que los ínfimos ingresos de las familias agricultoras no les permiten invertir en mejoras relacionadas con las prácticas sostenibles, o con el aumento de la fertilidad de la tierra o sustituir los árboles de cacao enfermos o envejecidos.

Esta pérdida de productividad de las tierras provoca la migración de una región a otra, eliminando bosques a su paso. De hecho, el cultivo del cacao constituye una de las principales causas de deforestación, especialmente en Ghana y Costa de Marfil, lo que a su vez genera pérdida de biodiversidad y transformación ambiental, y la destrucción de los medios de subsistencia de aquellas comunidades que dependen del bosque más allá del cacao.

¿Existe una alternativa?

Sí, existe. Se trata del Comercio Justo, el cual, a través de la certificación Fairtrade, garantiza una serie de parámetros en los que se pone la vida de las personas por encima del beneficio económico, entre ellos, la no explotación infantil y el respeto al medioambiente. Otros ejemplos de estos estándares son el Precio Mínimo de Seguridad, que cubre los gastos básicos del hogar de una persona que trabaja bajo estándares de comercio justo o la conocida como Prima (Premium) de Comercio Justo, que les permite invertir en mejoras en la comunidad.

¿Qué hay detrás del cacao instantáneo o tableta de chocolate?

Este Precio Mínimo de Seguridad se basa en lo que la Comunidad de Práctica de Ingresos Vitales de ISEAL calcula que se necesita en cada país para cubrir los costos básicos del hogar de una persona cacaocultora en promedio: para alimentos, vivienda, vestimenta, atención médica, educación y una pequeña provisión para emergencias. En segundo lugar, también entrarían factores como puntos de referencia de productividad y costo de la producción sostenible. La base de este modelo de precios también se valida a través de un proceso de consulta con las personas productoras, la industria y la sociedad civil.

Nuestra cooperativa, Alternativa 3, trabaja por y para el comercio justo desde 1992, apostando por el cacao, el café y el azúcar, que son tres de los productos que se ven más afectados por la violación de los Derechos Humanos en los cultivos en origen. Por otro lado, a través de nuestra ONG, llevamos a cabo proyectos, talleres y actividades de sensibilización sobre el comercio justo, siendo conscientes de la importancia de esta actividad para muchas familias en África Central, el Caribe y América del Sur.

Este compromiso se completa con la elección de las personas que consumen cacao de forma consciente, teniendo en cuenta su calidad y el impacto positivo en las personas productoras y el planeta, objetivos por los que trabajamos a diario.

¿Qué puede hacer el consumidor?

Como persona consumidora, puedes informarte del origen de los productos que consumes. Tienes un gran poder: el de elegir.

Fuente:

El informe “Hacia la sostenibilidad de las cadenas de suministro del cacao: opciones de regulación para la UE” ha sido elaborado por Fern, Tropenbos International y Fair Trade Advocacy Office. La edición en castellano ha sido realizada por la Coordinadora Estatal de Comercio Justo en el marco del proyecto Trade Fair Live Fair con financiación de la UE.

Autora: Adriana Baile, Socia de la cooperativa Alternativa3.

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