El Ayurveda, medicina tradicional mayoritaria de la India, es un sistema de curación que, a pesar de su antigüedad, sigue vigente y puede ayudarnos mucho en nuestros actuales problemas de salud, pues, como ya vimos en el número anterior, se centra en la prevención y el mantenimiento de la misma. Cuando la persona vive en armonía y está en equilibrio en cuerpo, mente y espíritu, el organismo es capaz de emplear sus propios mecanismos de autocuración y recuperar la salud. El ayurveda contempla a la persona según su prakriti, es decir, su constitución o combinación única de los “tres doshas” (o fuerzas que gobiernan todas las actividades físicas del organismo) y los “tres gunas” (fuerzas que gobiernan las mentales).
Para ello es fundamental identificar las energías dominantes de cada persona atendiendo también a sus procesos corporales, su actividad física y estilo de vida, su dieta, su estado mental y emocional, el entorno medioambiental y social en el que vive.
Aunque poseemos una combinación única de los tres doshas (vata, pitta y kapha), uno de ellos suele predominar.
El ser humano es considerado como un elemento del universo por lo que está constituido de éter, tierra, fuego, aire y agua. Así, el dosha vata combina los elementos éter y aire y controla la división celular, el corazón, la respiración, la eliminación de residuos y la mente. Por eso las personas en las que predomina vata son propensas a las enfermedades neurológicas, de corazón, piel, ansiedad, insomnio o artritis reumatoide.
El ser humano es considerado como un elemento del universo por lo que está constituido de éter, tierra, fuego, aire y agua
El dosha pitta representa fuego y agua y controla el sistema hormonal y digestivo.
Las personas con una constitución predominantemente pitta son susceptibles de tener enfermedades del corazón, hipertensión, enfermedades infecciosas y digestivas.
El dosha kapha combina los elementos agua y tierra. Ayuda a mantener la fuerza, la inmunidad y el control del crecimiento. Cuando predomina un dosha kapha, la persona puede tender a la obesidad, el asma, la diabetes o el cáncer.
En cuanto a las tres energías que gobiernan las actividades mentales, “los gunas”, el guna Rajas hace referencia a movimiento, energía, pasión, entusiasmo y es también la energía de la impaciencia, la rabia, irritabilidad o agitación. Tamas, hace referencia a la energía vital baja que lleva a la fatiga, el estado de ánimo bajo, la pesadez, la vaguería o la ignorancia. Sattva es la intermedia, aporta la energía de Rajas y la estabilidad de Tamas. Esta energía es claridad, armonía, pureza, contento, templanza.
Es pues fundamental identificar la constitución del paciente y sus energías predominantes. Después, para recuperar el equilibrio en la persona, el ayurveda se apoya en herramientas como el panchakarma o eliminación de impurezas, ayunos y modificación de dieta, ejercicio físico (yoga), pranayamas o técnicas de respiración, meditación, masaje ayurvédico, tomas de sol o el uso de plantas y aceites medicinales.
Lee la primera parte del artículo
Autora: Marta Gandarillas, Periodista especializada en Salud Natural, Titulada superior en Naturopatía y Terapeuta de Jin Shin Jyutsu.
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