Conceptos como “seguridad alimentaria”, “desabastecimiento” o “crisis alimentaria” resuenan cada vez más en los medios de comunicación y en nuestras conversaciones diarias, tanto en España como a nivel mundial. Paros en el transporte, manifestaciones de agricultores y ganaderos, cortes de producción e incluso cierres de fábricas. La incertidumbre que ha provocado la guerra entre Rusia y Ucrania en cuanto al suministro de productos básicos como el aceite de girasol, los cereales y piensos, los fertilizantes o fitosanitarios, así como la electricidad y los carburantes ha disparado los precios.

Fuente: Fairtrade

La necesidad de replantear los modelos de producción y consumo

Fairtrade trabaja para conseguir un sistema alimentario sostenible y saludable mediante unas cadenas de aprovisionamiento sostenibles. La situación actual, que se suma a las consecuencias de la COVID-19 y la crisis climática, preocupa a todos los eslabones de la cadena alimentaria, desde la producción, fabricación y distribución hasta la venta y el consumo, y evidencia la necesidad de replantear nuestro modelo de producción y consumo. Si queremos dejar de ver estantes vacíos en tiendas y supermercados, que no falte nada en nuestras neveras o que nos puedan servir en nuestra cafetería favorita, debemos aceptar que nuestro sistema alimentario necesita una transformación global que empiece por cuidar a quienes producen lo que comemos.

Nuestro sistema alimentario necesita una transformación global que empiece por cuidar a quienes producen lo que comemos

No hemos llegado a esta situación por casualidad, es sólo la punta del iceberg. Quienes defendemos la importancia de impulsar alternativas de consumo sostenible, como hacemos desde Fairtrade Ibérica, representante en España de Fairtrade, sello líder mundial que certifica productos de comercio justo, llevamos años trabajando para garantizar que las personas que sostienen gran parte de la alimentación del planeta reciban un precio justo y tengan salarios y condiciones de trabajo dignas. Así, los productos certificados tienen un precio mínimo y estable que les proporciona una red de seguridad contra la caída de los precios del mercado y permite una planificación a largo plazo.

Garantías de la certificación

Asimismo, Fairtrade ofrece a las asociaciones de productores una prima de comercio justo, esto es, una cantidad de dinero adicional que se paga por encima del precio acordado, que productores y trabajadores deciden democráticamente cómo usar. A menudo se invierte en educación, atención médica y mejoras agrícolas, por lo que es una herramienta que les permite mejorar la calidad de sus vidas y comunidades. De esta manera, el año 2019 se repartieron entre todas las organizaciones un total de 191 millones de euros en prima.

Y es que esta certificación de comercio justo en los productos nos indica que productores y empresas han cumplido los estrictos criterios sociales, económicos y ambientales. Cuando hablamos de “lo social”, “lo económico” o “lo ambiental”, hablamos de derechos humanos e igualdad de género para asegurar un trato humano y unos ingresos dignos a las personas que cultivan y cosechan nuestros alimentos del mundo; lucha contra el trabajo forzoso y la explotación infantil, o producción respetuosa con el planeta, entre otros aspectos. Hablamos de artículos de calidad, saludables, sostenibles y libres de cualquier tipo de explotación.

La ética y la responsabilidad suponen el tercer factor decisor para las y los consumidores españoles a la hora de confiar en una tienda

Son varias las investigaciones que señalan esta toma de conciencia. El informe ‘Consumption and purchasing habits in Spain’ de Statista revela que, con un 32%, la ética y la responsabilidad suponen el tercer factor decisor para las y los consumidores españoles a la hora de confiar en una tienda. En este sentido, el crecimiento del 16% de nuestro sello en menos de un año, entre abril de 2020 y junio de 2021, según datos de Euromonitor Internacional, demuestra que son cada vez más las personas que optan por productos que cambian vidas y las empresas responsables dan respuesta a esta creciente demanda, certificando sus productos con Fairtrade, líder mundial del comercio justo.

Hacia un sistema alimentario más justo

Avanzar hacia un modelo que responda a retos presentes y futuros en un mundo en continua transformación es ya una obligación y el consumo responsable es la tendencia que ha llegado para quedarse. Estamos a tiempo de evitar que términos como “emergencia alimentaria” se conviertan en trending topic mundial. La responsabilidad es compartida. No hay soluciones aisladas en un mundo cada vez más interconectado. No hay avance real si dejamos que una parte de la sociedad se quede abandonada en el camino. La colaboración transversal entre todos los agentes implicados, en la que también tengan voz quienes están en la primera línea del eslabón, es lo que nos permitirá cruzar la meta.

El consumo responsable es la tendencia que ha llegado para quedarse

Sabemos que es un proceso lento, cada vez más empresas y consumidores que apuestan por alimentos más sostenibles y saludables, al ser conscientes del cambio que necesitamos generar para tener un patrón alimentario más sostenible con efectos positivos en la salud, las personas y el medio ambiente. Necesitamos un cambio dentro de las cadenas de producción de alimentos, que se ha intensificado, industrializado y globalizado y solo mediante un comercio más justo conseguiremos prosperidad. Este cambio no ocurrirá de la noche a la mañana, pero sí está en desarrollo y desde Fairtrade trabajamos para sumar desde la justicia como componente que contribuye a la innovación.

Autor: Álvaro Goicoechea, director de Fairtrade Ibérica

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Bio Eco Actual Marzo 2022