Los disruptores endocrinos son extremadamente peligrosos. Un grupo de tóxicos letales que ponen en peligro la salud de forma muy grave. Entran en nuestro organismo a través de los alimentos que consumimos. El uso de plaguicidas es el responsable de esta contaminación. De naturaleza persistente, los residuos de pesticidas se difunden a través de la cadena alimentaria. Lo contaminan todo. Las frutas y verduras, los cereales, los productos vegetales, los productos procesados, los alimentos infantiles… No se puede escapar a estos asesinos silenciosos.

Efectos de los plaguicidas
Miles de toneladas de plaguicidas se usan cada año en la agricultura. Se fumiga profusamente con ellos los campos de cultivo, los invernaderos, los espacios públicos, los jardines y arboledas. Allí donde puede desarrollarse una plaga allí se usan los pesticidas. Una vez liberados, se difunden por el agua y el aire, contaminan el suelo, envenenan la flora y la fauna, y ponen en peligro a la población, al exponerla a estas sustancias tóxicas.
Estos plaguicidas, y sus residuos y metabolitos, tienen capacidad de alterar el sistema endocrino. Son conocidos como disruptores endocrinos. La función endocrina es tremendamente sensible, de modo que pequeñas alteraciones durante ciertas etapas del ciclo de vida pueden conducir a efectos perdurables. Se sospecha que los disruptores endocrinos causan disminución del número de espermatozoides, provocan infertilidad, retraso en el desarrollo sexual, obesidad, diabetes y cáncer. Se asocian al cáncer de mama y al cáncer de próstata.
La función endocrina es tremendamente sensible, de modo que pequeñas alteraciones durante ciertas etapas del ciclo de vida pueden conducir a efectos perdurables
Análisis y regulación
Debido a su gran toxicidad, a sus efectos sobre la salud humana y el medio ambiente, su producción y uso están estrictamente reguladas, y se vigila permanentemente su presencia en los alimentos mediante analíticas sobre grupos de riesgo. La encargada de llevarlo a cabo es la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). El Programa de Control de Residuos de Plaguicidas en Alimentos en España, correspondiente al año 2019, ha publicado los últimos datos. El porcentaje de muestras con residuos en concentración superior a los límites legales, fue del 1,17%.
Las frutas y otros vegetales son los que presentan una mayor contaminación, un 44,4%, mostrando un porcentaje de incumplimiento del 1,58%.
Incumplimiento de los límites
Los resultados obtenidos del análisis ponen en manifiesto que el 1,17% de las muestras analizadas, 27 muestras, incumplen la legislación vigente en materia de límites máximos de residuos (LMR). El informe destaca que, aunque se ha detectado la presencia de plaguicidas en muestras de alimentos para bebés y en cereales, todas ellas estaban por debajo del límite de LMR y que todas cumplen con los límites legales establecidos.
Los disruptores endocrinos se asocian al cáncer de mama y al cáncer de próstata
En las muestras de productos de origen animal, el pesticida detectado es el DDT y sus derivados. Están prohibidos en la Unión Europea desde hace años por ser tóxicos persistentes, y su presencia se debe a su permanencia en el medio ambiente.
Los alimentos vegetales están contaminados fundamentalmente por pesticidas disruptores endocrinos, así como por el DDT y derivados. Las frutas y verduras son el grupo con presencia de plaguicidas EDC mayor, siendo las fresas y las manzanas las que concentran un mayor número de estos plaguicidas.
El uso de pesticidas está tan extendido que no se consigue evitar su presencia en los alimentos. Pero es posible minimizar nuestra exposición si consumimos alimentos ecológicos certificados.
Autor: Raúl Martínez, Dietista-nutricionista, biólogo
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