Tras el periodo de vacaciones, que en mayor o menor medida hemos podido disfrutar este verano, muchos de nosotros nos encontramos con la vuelta a la rutina, desencadenando una fase, en muchos casos, de sensación de no querer hacer nada, un cansancio continuo, una apatía que incluso se vuelve, en ciertas ocasiones, angustiosa. A este conjunto de desagradables síntomas se los denomina ‘síndrome postvacacional‘.

Periodo de adaptación
Debemos advertir que el ‘síndrome postvacacional’ no sólo aparece en aquellas personas que acaban de regresar de sus vacaciones; también puede darse en aquellas que han pasado por un largo periodo de inactividad, como puede ser una baja por enfermedad o por accidente. En cualquiera de los dos casos, lo primero que debemos hacer es intentar, poco a poco, coger el ritmo del trabajo, si esto fuese posible. La adaptación al puesto de trabajo suele comprender un periodo de 3 a 21 días, que es el periodo que tarda en habituarse una persona a la nueva rutina. Si pasados esos días se siguen presentando cuadros de ansiedad, insomnio o falta de concentración, debemos plantearnos acudir a un especialista.
La adaptación al puesto de trabajo suele comprender un periodo de 3 a 21 días, que es el periodo que tarda en habituarse una persona a la nueva rutina
Durante el periodo de adaptación es imprescindible evitar llevar trabajo a casa y disfrutar con actividades en familia o amigos que nos ayuden a desconectar de las obligaciones laborales, pero esto a veces no es suficiente y podemos apoyarnos en diferentes Terapias Naturales que nos ayudarán en este proceso de adaptación.
¿Qué Terapias Naturales pueden ayudar?
- Flores de Bach: es como se denomina al arte terapéutico que utiliza las esencias florales como herramientas para lograr que el paciente sea fiel a sí mismo. Su origen se encuentra en el sistema terapéutico desarrollado por Edward Bach, que utiliza las esencias florales como remedios naturales para devolver la salud a quien la ha perdido. Para el agobio tenemos el Elm; para la apatía extrema, Wild Rose; y para mejorar la adaptación, Walnut.
- Alimentación: un buen desayuno con fruta, cereales integrales y bebida vegetal, evitando lácteos, reducir al máximo las grasas en las comidas y prestar especial atención a las cenas, con verduras frescas, preferentemente.
- Fitoterapia: consiste en la utilización de plantas o productos de origen vegetal con una finalidad terapéutica. Podemos utilizar el romero para combatir la apatía; el extracto de Eleuterococo como adaptógeno que nos ayuda a controlar nuestro nivel de energía, para no tener subidas ni bajadas bruscas; y el Lúpulo, la Pasiflora y el Azahar como sedantes del sistema nervioso. Si tomamos medicación debemos consultar con nuestro Naturópata de confianza.
- Homeopatía: según la definición de la Real Academia de la Lengua Española, la Homeopatía es una práctica que consiste en administrar a alguien, en dosis mínimas, las mismas sustancias que, en mayores cantidades, producirían supuestamente en la persona sana síntomas iguales o parecidos a los que se trata de combatir. Para la ansiedad disponemos de Nux Vómica o Aconitum Napellus, entre otros; y para mejorar la concentración tendríamos Kalium Phosphoricum o Natrum Muriaticum, este último para estados leves de depresión también puede llegar a ser efectivo.
- Mindfulness o Atención Plena: significa prestar atención de manera consciente al momento presente. En estos periodos de adaptación es necesario, más que nunca, tomarte un respiro, parar y pensar en que estás y dónde estás. Es como coger aire, pero sin salir a la calle; ordena tu mente y prioriza tu trabajo, esto sólo te llevará unos pocos minutos.
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Cofenat
Autor: Roberto San Antonio-Abad. Presidente y responsable de Formación, de la Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales (COFENAT)
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