Hace 50 años, seleccionar semillas y cultivos en España e implantar sistemas de certificación ecológica era una locura. Un porcentaje minúsculo de la población empezábamos a despertar nuestra conciencia medioambiental ante la extraña mirada del mundo que nos rodeaba. La primera vez que elaboramos pasta integral, sin harinas refinadas, nos saltamos los parámetros de Sanidad de entonces. ¡Locos!

Hoy la excepción parece haberse convertido en parte de la regla: pasito a pasito, cada vez son más las familias que se suman al carro para llevar una vida más ecológica, saludable y sostenible. La superficie dedicada a agricultura ecológica en el mundo sigue creciendo todos los años. Ha superado ya los 100 millones de hectáreas, incluidas zonas de recolección silvestre bajo control. España es uno de los principales países productores, con más de 2 millones de Ha. Y los operadores en el país han subido un 26% en cinco años. También cogen fuerza otros segmentos más allá de la alimentación, como la cosmética y la higiene del hogar. ¿El próximo reto? Incrementar el consumo bio hasta el 10% del total.

Hoy, esos locos que en la década de los 70 luchábamos por un cambio en el sistema en favor de nuestra salud y la del planeta, seguimos aquí, desarrollando productos innovadores y de calidad que favorezcan el cambio de los pequeños hábitos. Pero la excepción que fuimos es cada vez más una realidad. Y quiero pensar que plantamos una semilla que ya está empezando a dar sus frutos en esta gran revolución.

Autor: Joan Picazos, Director General en BIOCOP Productos Biológicos, S.A.

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Bio Eco Actual Noviembre 2022