“Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo” Albert Einstein.
Vamos a intentar hacerlo de otra forma, pues. Vamos a poner por delante los intereses colectivos a los privados, la salud al negocio, la ética (¿alguien se acuerda del significado de esta palabra?) al egoísmo.
Parecía que saldríamos mejores personas de la crisis del coronavirus. Algunos quizás, sí. Pero, en general se respira una falta de humanidad quizás mayor que antes. Los protocolos que se impusieron para mejorar el control de todo tipo de procesos pueden haberse convertido en dictadura en manos de cabezas sin criterio.
En cuanto al consumo, se mira el precio y no el coste real de los productos. Si pagara quien contamina, los productos procedentes de la agricultura ecológica serían más económicos que los regados con pesticidas, alimentados con antibióticos y con piensos transgénicos. Deberían serlo. El precio real y el coste sanitario de permitir y promover el consumo de productos demostrados insanos o peor, propiciadores de la enfermedad debería ser tenido en cuenta.
El consumo de productos ecológicos en España sigue siendo muy bajo. Esto hay que mejorarlo y es la concienciación de los consumidores sobre sus ventajas la que puede ayudar a dar el salto. Ventajas para todos nosotros, claramente en términos de salud, también en beneficio de la defensa del territorio y de la agricultura que respeta la salud del suelo, del agua y del aire y defiende la biodiversidad.
Autora: Montse Mulé, Editora
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