Tés de hierbas. ¿Por qué ecológicos? Cuando preparemos una tisana con plantas medicinales, y tanto si se trata de las bolsitas preparadas de los comercios como de las plantas de las herboristerías, vale la pena comprobar la procedencia ecológica si queremos cuidar nuestra salud. Hoy ya no podemos imaginar nuestras tisanas como algo artesano, recolectado por manos delicadas a pequeña escala; hay que tener en cuenta que los aprovisionamientos de las empresas importantes del sector pueden consistir —el ejemplo es real— en un barco fletado en Egipto lleno de manzanilla (y no siempre con la calidad y condiciones que serían deseables).

El uso de plaguicidas desciende. Pero…
Hay que insistir en que, tanto si es en infusión como en decocción, lo que echemos al agua hirviendo es lo que nos beberemos. Según datos de la FAO, en 2022 hay 4.700 millones de hectáreas de la superficie del planeta que son tierra agrícola, prados y pasto. Llama la atención el uso de plaguicidas, que alcanzó el máximo en 2012 y está disminuyendo desde 2017. Pero según datos de noviembre del año pasado, todavía hay una ingente cantidad (41%) de frutas y verduras con restos de plaguicidas.
Y, por otra parte, España exporta 7 millones de kilos de 32 plaguicidas (datos de 2021), algunos prohibidos en la UE, como el tiametoxam. China es el gran receptor de estos productos, que luego llegan aquí, sea en bayas de goji de dudosa calidad… o en plantas medicinales. Hay que tener en cuenta que hasta el papel de las bolsitas de té para tisanas se controla desde fechas relativamente recientes. Se habían llegado a envasar bolsitas de infusiones con papel… ¡blanqueado con cloro!
¿Tisanas o tés de hierbas?
Por eso, si hay demasiados nitratos en los cultivos, luego aparecerán en los consumidores los cancerígenos nitritos, junto a todos los problemas que comportan plaguicidas e insecticidas: no sólo dañan a las plantas, sino que contaminan el suelo, el aire y el agua. ¡Qué no aportarán, entonces, esos venenos a nuestros tés de hierbas si no son ecológicos!
Vale la pena reivindicar la riquísima tradición europea con nuevos estudios actualizados de los principios activos, propiedades y usos de plantas cercanas
«Té de hierbas», por cierto, es una traducción del inglés «Herbal tea», que entre nosotros siempre hemos conocido como «tisana». La colonización cultural que vivimos afecta muy de cerca a las plantas o hierbas medicinales («herbs», según el modo anglosajón) que se nos ofrecen en las recetas. Suele ser útil el sorprender la capacidad curativa del organismo con plantas medicinales nuevas (o asimiladas en EE.UU.), pero vale la pena reivindicar la riquísima tradición europea con nuevos estudios actualizados de los principios activos, propiedades y usos de plantas cercanas (abeto, cola de caballo, tomillo…).

Plantas como plaguicida natural
Hoy los buenos agricultores van descubriendo cada vez más las plantas utilizadas como plaguicidas en todas partes. En el estado de Hidalgo (México), por ejemplo, trabajan con 124 especies de plantas, de las que se obtienen 186 productos, en forma de infusiones y humo, para combatir 29 tipos de plagas de vertebrados e invertebrados. Entre las más importantes por su uso como plaguicida natural tenemos: Trichilia havanensis, Psidium guajava, Nicotiana tabacum, Tagetes erecta, Mentha rotundifolia, Ipomoea stans, Tagetes lucida, Parthenium hysterophoru y Schinus molle. Eso es precisamente lo que las empresas como Bayer – Monsanto no quieren que se sepa.
La pureza del Pirineo: edelweiss, la flor de nieve
Tenemos también el ejemplo de «Taüll Orgànics», una empresa familiar creada por Ana Sirvent en La Vall de Boí (Pirineos). Desde 2008 están recuperando la tradición y sabiduría popular sobre los efectos terapéuticos de las hierbas y plantas pirenaicas, aunque no todas sean para tisanas. En 2010, Sirvent recibió el Premio de Excelencia a la Mujer Rural, del Ministerio de Medio Ambiente y hoy colabora con diversas universidades y centros de investigación.
Si hay demasiados nitratos en los cultivos, luego aparecerán en los consumidores los cancerígenos nitritos
Sus primeros cultivos fueron pioneros en diversas especies. Se trata de árnica (Arnica montana, L.), común en muchas casas de alta montaña para el tratamiento de contusiones y problemas articulares y musculares. Más adelante pusieron en marcha otros cultivos, como el de la rodiola (Rhodiola rosea, L.), una adaptógena ideal para mejorar el rendimiento físico, o la caléndula (Calendula Officinalis, L.). Pero el cultivo más innovador, por su singularidad, es el de edelweiss o flor de nieve (Leontopodium alpinum, Cass.), una especie cuyo uso tradicional no es muy conocido. Tienen vendida toda la producción a diversos laboratorios europeos.
En casa
Entre los principales principios activos de las plantas medicinales recordaremos los principios amargos, los alcaloides, los taninos, los flavonoides, los glicósidos, los aceites esenciales, la saponina y el ácido salicílico. Cada planta tiene más de un principio activo, pero uno de ellos suele ser el que predomina y determina el tipo de aplicación. Hay también otros principios secundarios y además, no todas las partes de la planta tienen la misma concentración de principios activos. Su nivel suele ser más alto en la raíz y en la corteza, pero también puede darse en el tallo, las flores, las semillas o los frutos. Además, también influye el tipo de suelo donde crece, las condiciones atmosféricas, la estación o la altura del sol. Podemos imaginar todo eso en un buen tazón calentito, ¡pero no combinado con tóxicos y química de síntesis!
Junto a los germinados en la cocina, todos podemos tener alguna planta medicinal o aromática en casa: tiestos con menta, maría luisa, romero, jazmín, orégano, tomillo… La preparación de una tisana con ellas, frescas o secas, nos evoca momentos cálidos y agradables… y saludables: ¡o eso esperamos!
Autor: Jaume Rosselló, Editor especializado en salud y alimentación
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