Las abejas (Apis mellifera), en nuestro querido planeta, forman parte de una cadena natural de seres vivos que hacen que las plantas sigan su curso evolutivo y realicen la producción de alimentos, por medio de la polinización correcta de plantas, árboles y arbustos.

Cómo contribuir a la recuperación de las abejas

Durante miles de años su vida diaria ha transcurrido en un entorno natural sin demasiadas agresiones hacia las abejas, por parte de la propia naturaleza y de los seres que la habitan, entre polinizar y visitar las especies melíferas y con el consecuente resultado de producción de la miel, el polen y el própolis, que utilizan para su vida diaria como alimento y mantenimiento de sus colmenas.

Pero en los últimos 100 años, desde 1919 hasta nuestros días 2019, progresivamente, han aumentado año tras año, el uso de pesticidas, herbicidas, acaricidas y todo tipo de fitosanitarios de síntesis química, curiosamente productos sobrantes de su uso en la primera guerra mundial contra las personas de ambos ejércitos como arma letal en las trincheras y reconvertidos en fitosanitarios para la agricultura intensiva, horticultura y jardinería de alto consumo del primer mundo,  productos que fueron creados por las mismas multinacionales actuales.

Todos estos productos químicos venenosos están exterminando miles de especies de plantas y seres vivos del planeta. Entre ellas las abejas, tan necesarias para nuestra propia existencia.

Cómo podemos ayudar y proteger a las abejas

Con la mediana agricultura Eco de proximidad,  horticultura Eco de pueblos y urbanizaciones, horticultura urbana, biojardineria, utilizando técnicas, materiales no contaminantes, fitosanitarios biológicos. Todo ello utilizando y recuperando plantas medicinales y aromáticas, arbustos como setos, árboles frutales, por sus potentes floraciones dentro de espacios con mucho amor y respeto, practicado producción donde las abejas se alimenten con equilibrio y se sientan como en su propia colmena, en una actitud de respeto por uno mismo y nuestro entorno. Sintiendo que  nuestro Huerto-Jardín es un camino con corazón.

Cómo contribuir a la recuperación de las abejas

Especies de plantas, arbustos y árboles que facilitan el asentamiento o la visita de abejas, beneficiándolas y realizando la polinización correcta

  • Romero (Rosmarinus officinalis): Pertenece a la gran familia de las labiadas. Es planta típica mediterránea con una floración muy larga, hay zonas en las que casi todo el año tienen floración, y para las abejas aporta energía y nutrientes extras muy concentrados.
  • Espliego (Lavandula vera): Alhucema, perfume de dios; es planta vivaz de la familia de las labiadas. Muy aromática especialmente las flores, es buena productora de miel de muy buena calidad, muy fina con suave perfume. Las abejas no se cansan de libar las flores delicadas y con gran concentración de aceites medicinales para las propias abejas.
  • Tomillo (Tymus vulgaris): Planta viva, de 15 a 30 cm,  prospera en terrenos calizos y pedregosos, con flores rosadas y violáceas, florece en mayo-junio. Es otra extraordinaria labiada, gran productora de una miel densa y dorada muy aromática de gran popularidad, y muy medicinal para las abejas por su gran poder antibacteriano.
  • Ajedrea (Satureja montana): Es buena planta melífera, complementaria y de mayor porte que el tomillo, florece en mayo- julio, y le apetece la humedad de las proximidades de los ríos y arroyos. Hay especies cultivadas en jardines (Satureja hortensis) las dos son muy buenas melíferas, a las abejas les encantan pues mientras liban la flor, hacen un alto para  beber en el arroyo o rio.
  • Almendro (Amigdalus communis): Pertenece a las familias de las rosáceas. Flor hermafrodita pero necesitada de la polinización cruzada por ser autoestéril. Pero es un árbol que aporta gran floración para las abejas.
  • Melocotonero (Amygdalus pérsica): De la gran familia de las rosáceas. Hay dos variedades de flores, grandes y pequeñas; las primeras son más precoces.La miel que produce es clara o ligeramente rosada, fina y aromática. Aporta gran floración y de una calidad excelente, atrae fácilmente a las abejas.
  • Albaricoquero (Armeniaca vulgaris): Flores grandes con cáliz y pétalos blancos o rosados, que aparecen antes que las hojas; florece febrero-marzo. Las características de la miel son muy especiales por el trabajo de las abejas por etapas, dado que la floración es discontinua.
  • Ciruelo (Cerasus Jussieu): Flores blancas, solitarias. A las abejas les gusta por su néctar polen muy concentrado, ya que en pocas flores llenan sus patitas con jugosas bolas de polen.
  • Especies Melíferas: Diente de León, Brezo, Nabo, Salvia, Col, Retama, Achicoria, Zarzamora, Menta, Girasol, Judia, Malva, Azafrán, Hinojo, Poleo.
  • Flores Poliníferas: Avellano, Encina, Roble, Amapola, Cáñamo, Maíz, Rosal, Calabaza, Melón, Pepino.

Autor: Quico Barranco. Abuelo Hombre-Semilla en el camino Rojo. Productor y recuperador de semillas ecológicas

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