El pimiento es una hortaliza deliciosa y saludable, que existe en miles de diferentes variedades silvestres y cultivadas. Un vasto conjunto de heterogeneidad genética es la condición previa para su preservación y cultivo. Sin embargo, la continua concesión de patentes sobre plantas pone en peligro el desarrollo y preservación de tal diversidad. Las patentes privatizan el derecho a utilizar determinados recursos genéticos, ya que sólo el titular de la patente puede permitir o denegar el acceso y exigir el pago de la licencia.

Foto cedida por No Patents on Seeds

El reciente rechazo de una apelación a una patente (EP2140023) en poder de Syngenta desde 2013 sobre una resistencia natural a la mosca blanca de las plantas de pimiento que se encuentra originalmente en un pimiento silvestre de Jamaica, muestra una vez más lo necesario que es detener la European Patent Office (EPO) y las grandes empresas de semillas para privatizar nuestros cultivos alimentarios. Después de años de incertidumbre legal, el fitomejoramiento seguirá viéndose obstaculizado por esta patente que, en primer lugar, nunca debería haberse concedido.

Aunque las patentes sobre cultivo convencional están prohibidas en Europa, solo en el mes de diciembre de 2022 se concedieron cuatro nuevas patentes sobre cultivos de melones sin semillas, tomates que crecen sin polinización, cerveza con fecha de caducidad más larga y dientes de león para la producción caucho. Estas patentes de plantas están validadas o serán validadas próximamente en los 39 estados miembros de la EPO, incluida España.

El acceso sin trabas a los recursos genéticos, en particular para los agricultores de pequeña y mediana escala, es un requisito previo para facilitar el mejoramiento necesario para enfrentar los diferentes desafíos locales del cambio climático, las plagas y las enfermedades. Los efectos de las patentes en los cultivos alimentarios son muy variados: no solo se pone en peligro el derecho del consumidor a elegir entre una amplia variedad de alimentos nutritivos y regionales, sino también la agrobiodiversidad y la seguridad alimentaria. Las patentes aumentan la uniformidad y la monopolización, en lugar de ofrecer soluciones para los desafíos ecológicos actuales que enfrentamos. En lugar de fomentar la dependencia de un puñado de grandes corporaciones, el marco legal debe fomentar un sistema alimentario resistente y ecológico que empodere a todos los participantes a lo largo de la cadena de producción de alimentos. ¡Los políticos de los 39 estados miembros de la EPO tienen que actuar ahora!

No a las patentes sobre semillas Autora: Johanna Eckhardt, Coordinadora del proyecto No Patents on Seeds!

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Bio Eco Actual Julio 2023