Las semillas de lino o linaza provienen de la planta del lino, una planta herbácea que se cultiva en diversos lugares del mundo, entre ellos el sur de Europa. Estas semillas oleaginosas tienen propiedades beneficiosas para nuestro organismo y un perfil nutricional interesante, por eso cada vez despiertan más el interés de los consumidores y también de la comunidad científica. De hecho, varias investigaciones sugieren que las semillas de lino, entre otros beneficios, ayudan a mejorar el perfil lipídico en sangre y tienen un efecto protector contra el riesgo de desarrollar diabetes y ciertos cánceres.

Algunas de sus particularidades nutricionales son:
- Contienen mucílagos, una fibra soluble con capacidad de retener agua y regular el tránsito intestinal, por lo cual la linaza es beneficiosa en casos de estreñimiento. Además, los mucílagos también tienen propiedades prebióticas y ayudan a desinflamar las mucosas en patologías digestivas como, por ejemplo, la gastritis.
- Son una fuente de ácido alfa linolénico (ALA), un tipo de omega-3 que disminuye los marcadores inflamatorios.
- Aproximadamente un 20% de su peso son proteínas de buena calidad.
- También son una fuente óptima de minerales esenciales como el magnesio, el fósforo, el calcio y el potasio.
- Poseen compuestos fenólicos como los ácidos fenólicos, los flavonoides y los lignanos, que son sustancias con propiedades antioxidantes.
- Además, contienen pequeñas cantidades de vitaminas, especialmente la vitamina E en forma de γ-tocoferol, que tiene capacidad antioxidante y protectora celular.
¿Cómo se pueden consumir?
Las semillas de lino se pueden consumir enteras, trituradas, germinadas o en forma de aceite de linaza. Al ser una semilla pequeña es recomendable tomarla molida, puesto que si la tomamos entera es posible que pase íntegra por nuestro sistema digestivo y no aprovechemos la mayoría de sus beneficios nutricionales.
Las semillas de lino son muy versátiles a la hora de consumirlas
Es necesario remarcar la importancia de que las semillas que compramos sean de procedencia ecológica para evitar que hayan sido modificadas genéticamente y hayan sido tratadas con pesticidas, que crean un efecto tóxico en nuestro organismo y también contaminan los suelos. Si las consumimos ecológicas estaremos aprovechando todos sus beneficios sin causar perjuicios a nuestro organismo y al medio ambiente.
¿Qué variedades existen?
Hay dos tipos de semillas de lino: las de color marrón y las de color dorado. Las dos variedades tienen un valor nutricional similar, pero se diferencian en el sabor y el color. La semilla de lino dorada es más suave y dulce, en cambio, la marrón tiene un sabor más tostado.
¿Cómo las podemos incorporar a nuestras comidas?
Las semillas de lino son muy versátiles a la hora de consumirlas ya que, una vez molidas, podemos añadirlas a una gran variedad de platos y recetas: sobre ensaladas, a woks de verduras, dentro de un pan casero, mezcladas con batidos verdes o cremas de verduras, etc.
Una receta interesante, si queremos favorecer la regeneración de las mucosas de nuestro aparato digestivo, es poner las semillas en remojo un rato con agua fría y algo de regaliz, que tiene propiedades beneficiosas para las mucosas, seguidamente hervirlo durante 10 minutos y dejar enfriar a temperatura ambiente durante 10 minutos más. Las semillas habrán soltado al agua todos los mucílagos. Podemos colar la mezcla y tomar el líquido como un bálsamo reparador.
Como hemos visto anteriormente, incorporar la linaza a nuestra alimentación es muy fácil y tiene muchos beneficios, siempre y cuando se acompañe de una alimentación y unos hábitos saludables. ¡Animaos a probarla!
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Sol Natural
Autora: Jordina Bargas, Dietista y Enfermera
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