Afortunadamente, vamos comprendiendo que, ocuparnos de nuestra salud no es algo que solo debamos hacer cuando ya aparece la enfermedad o en edades avanzadas, sino que podemos curarnos, es decir, cuidarnos (curar viene del latín “curare” que significa cuidar) de manera cotidiana haciéndonos responsables de nuestro cuerpo, escuchándolo y tomando hábitos que ayuden a mantener el equilibrio natural de nuestro organismo.

Prepara tus defensas
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Sabemos que una alimentación rica en nutrientes y libre de tóxicos, una buena hidratación y una correcta respiración (incorporando momentos de respiraciones largas y profundas), ejercicio regular, descanso adecuado y fomentar emociones y pensamientos lo más positivos posibles, son parte necesaria de ese cuidado.

Además, podemos ayudarnos con terapias integrativas como la aromaterapia, que resulta muy interesante y efectiva en esta época de frío para prevenir y tratar enfermedades infecciosas. Los AE como el de eucalipto radiata, ravintsara, orégano, tomillo, niaoulí, lavanda, romero, bergamota, árbol de té, limón o caléndula, entre otros, ayudan a nuestras defensas y, por ejemplo, a la producción de inmunoglobulinas (los denominados anticuerpos). Gracias a moléculas como cineol, linalol, terpineol, timol y eucaliptol, se ejercen diferentes funciones: inmunomoduladora, antiviral, antifúngica, antialérgica, antiinflamatoria, analgésica y antibacteriana. Además, los AE no facilitan la aparición de cepas resistentes (como ha ocurrido con el abuso de los antibióticos) y respetan la flora intestinal y otras bacterias benéficas que proliferan en diversas zonas del cuerpo.

La inhalación directa (unas gotas en un pañuelo, vapores aromáticos de un recipiente con agua caliente o la difusión a través de microdifusores) es la forma más rápida para que un AE lleve a cabo su función terapéutica, ya que sus moléculas químicas entran en las vías respiratorias a través de las fosas nasales, garganta y bronquios.

Los AE ayudan a nuestras defensas y, por ejemplo, a la producción de inmunoglobulinas

También existen mezclas formuladas de AE para las defensas, que se pueden emplear tanto en difusores, como disolviendo en un aceite portador como el de jojoba, oliva, o almendra, y aplicando tópicamente en la zona del tórax, espalda y plantas de los pies.

Es importante dejarnos asesorar por un experto ya que hay que conocer bien dichas moléculas, así como asegurarse de la calidad de los aceites que han de ser puros, ecológicos, naturales, quimotipados (con las moléculas aromáticas especificadas) y con los controles y procedimientos adecuados de cultivo, recolección, extracción y conservación.

Sobre PRANAROM

PRANAROM, laboratorio científico y médico, cuenta con la denominación AEQT para sus aceites esenciales, los cuales se obtienen en un momento preciso y durante un período muy específico del proceso de destilación.

Líder en aromaterapia científica, Pranarom es uno de los pioneros en la investigación de aceites esenciales y esta sigue siendo su prioridad. Cuenta con más de 300 aceites esenciales, todos ellos quimiotipados, 100% puros, naturales e integrales, procedentes de plantas botánica y bioquímicamente definidas.

Entre sus aceites esenciales para ayudar al sistema inmune y aumentar las defensas encontramos el AE de ravintsara: ideal para prevenir infecciones por su acción antiviral y estimulante inmunitario, antibacteriano, anticatarral, expectorante y neurotónico. Está especialmente indicado en caso de infecciones virales: gripe, mononucleosis, herpes. También ayuda en casos de resfriados, bronquitis, sinusitis, así como en el cansancio nervioso y físico profundo

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Pranarom

Autora: Marta Gandarillas, Periodista especializada en Salud Natural, Titulada superior en Naturopatía y Terapeuta de Jin Shin Jyutsu

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Bio Eco Actual Noviembre 2023