Desde tiempos inmemoriales la hora del té siempre ha sido un momento de calidez donde nos podemos permitir respirar y tomarnos un tiempo para nosotros mismos. Aunque estemos rodeados de gente, la comunión se genera con la taza de té caliente entre las dos manos, es abrazar la tranquilidad y la serenidad por un tiempo.
En los países orientales, la ceremonia se conserva como un ritual milenario sagrado. En países como Inglaterra o Rusia, esta reconfortante bebida tiene un merecido alto en el ritmo diario, formando parte de su cultura y rutina diaria. Frente a una taza las tensiones se relajan y el mundo parece detenerse.
La hora del té y sus variedades
Las variedades son innumerables, desde los más clásicos y estimulantes tipo grey, Ceilán al conocido té verde, rey de los antioxidantes, tan popular en países árabes, mezclado con la aromática y refrescante menta piperita o la hierba buena.
El té negro tipo Grey lo podemos encontrar puro o bien aromatizado con frutas o especias, con manzana, canela, frutos del bosque… siempre será estimulante.
En la cultura china tenemos dos tés que simbolizan la realeza. En la antigüedad el té blanco y el té rojo, también llamado puerh, eran tés destinados sólo a los emperadores y a las personas de alto nivel social. Hoy en día los tenemos a nuestro alcance. El té rojo quema grasa y ayuda a limpiar toxinas. Es un intenso té que, con un toque de leche de arroz, y un poco de sirope de Agave, o miel, nos reconfortará en días de humedad y frío.
Otro té que ha ganado popularidad en nuestros hogares y teterías es el Rooibos, que en realidad no es té sino una planta de origen Africano, con un sinfín de propiedades, pero su intenso aroma con recuerdos en paladar a madera nos recuerda un auténtico té. Además lo podemos encontrar aromatizado con vainilla, naranja… o mezclado con especias picantes de corte oriental.
También podemos disfrutar de un té ayurvédico, excelente, donde la sabia mezcla de especias, sin teína, todas ellas aromáticas con propiedades terapéuticas, nos dará calor y reconfortará en momentos en que precisemos subir nuestra energía vital, potenciando el calor interno con jengibre y raíces que la complementen.
El té como complemento
Una buena hora del té resulta perfecta tanto en meriendas informales e íntimas como en tertulias literarias y otros actos culturales. Además es una excusa perfecta para hacer un alto en el camino dentro de la jornada laboral.
Pero el té también es el complemento ideal en reuniones sociales de gran envergadura. En estos casos se ofrecerá un bufete de pequeños canapés dulces y salados y galletitas.
El elemento indispensable para presentar dignamente el té es la bandeja. Si deseamos servir un té con aire oriental, esta será de bambú o de madera de teka, con tetera de cerámica, porcelana o cristal. Si queremos ofrecer un té al estilo marroquí necesitaremos una bandeja y una tetera de alpaca y las tazas se sustituirán por vasitos de colores, con incrustaciones de color dorado o plateado. Una moderna tetera de cristal y acero inoxidable con muelle colador, también puede ser útil i realmente digna.
Sobre la bandeja colocaremos la tetera, al lado de una pequeña jarra lechera de cerámica con la leche que escojamos ya caliente, una azucarera o bien un endulzante natural tipo sirope o melaza, o miel, y un pequeño cuenco con finas rodajas de limón, para los que gusten del té con limón.
En primavera y verano, recomiendo los endulzantes de absorción lenta, como la stevia, sirope de Agave, o melaza de arroz y en invierno una buena miel bien densa, que nos garantizará su calidad.
Servirlo filtrado o filtrarlo en el momento
Lo podemos servir ya filtrado, o bien dentro de una bolita dosificadora de metal, o filtrarlo en el momento con un colador de bambú, o de acero inoxidable. Dependiendo del tipo de té el tiempo de reposo variará, pero nunca debe estar en contacto con el agua hirviendo más de 3 minutos, ya que dejaría de ser un té o infusión para ser una decocción, y resultaría excesivamente amargo y sobre estimulante. Podemos utilizar bolsitas individuales o bien a granel. Este para mí siempre es mejor, ya que no todas las bolsitas están hechas de materiales recomendables para asegurar un buen té.
Tomar un delicioso té siempre servirá para acercarnos y charlar tranquilamente, pudiendo decir que es símbolo de paz y armonía. Su presencia siempre será bienvenida en un encuentro íntimo o bien cuando queramos propiciar un ambiente de paz y serenidad en un grupo de personas de la cultura más diversa.
Autora: Mª Pilar Ibern «Gavina», asesora nutricional y escritora
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