El papel del yodo se inicia en el momento de la concepción. La deficiencia de yodo durante el embarazo puede dar lugar a abortos, anomalías congénitas y retraso intelectual en el feto. Los bebés reciben yodo a través de la leche materna. Si la madre toma demasiado o muy poco yodo, ello puede afectar a la concentración de yodo en su leche y causar problemas en el tiroides del bebé.
Las necesidades de yodo aumentan durante el embarazo y la lactancia a 200 microgramos (mcg) al día (antes del embarazo se necesitan 150 mcg/día).
La mayoría de los españoles obtenemos el yodo de la sal yodada y de los productos lácteos. 2,5 gramos de sal yodada al día aportan el 75% de las necesidades durante el embarazo y la lactancia. Esta es una fuente fiable y segura de yodo a menos que tengas que limitar la ingesta de sal o que comas frecuentemente fuera de casa.
Los productos lácteos son hoy una buena fuente de yodo porque los piensos con que se alimentan las vacas en la ganadería convencional se enriquecen con yodo. Sin embargo los lácteos procedentes de ganadería ecológica, donde las vacas se alimentan fundamentalmente de pastos, tienen unos bajos niveles de yodo. Por tanto ni las mujeres ovolactovegetarianas que consuman lácteos ecológicos (que es la opción más recomendable si tomas leche y derivados), ni las veganas pueden usar esta fuente de yodo.
Para estas mujeres hay una tercera opción: algunas algas marinas, siempre que se consuman regularmente y en pequeñas cantidades. Aunque el alga nori tiene poco yodo y se puede tomar con toda la frecuencia que deseemos, las algas wakame, espagueti de mar, dulse y lechuga de mar no deben tomarse más de 2-3 veces por semana (2 gramos de peso en seco por ración). Las algas kombu e hijiki tienen demasiado yodo y deben evitarse completamente.
Si comes habitualmente algas, puedes seguir haciéndolo durante el embarazo, siempre que respetes esta dosis y frecuencia. Pero si no tienes costumbre de cocinar con algas, no empieces a hacerlo ahora. Un aumento brusco en el consumo de yodo por parte de la madre puede provocar un hipotiroidismo en el feto o bebé.
Si crees que tu dieta no proporciona suficiente yodo la mejor opción es tomar un suplemento. En algunas regiones de España se recetan suplementos de yodo a todas las embarazadas y madres lactantes, pero esto se debería hacer siempre de forma individualizada. Antes de tomar un suplemento informa a tu médico de tu tipo de dieta para que valore si está indicado en tu caso.
Autora: Miriam Martínez Biarge, Médico Pediatra – www.mipediatravegetariano.com
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¡Hola! Me gustaría saber si tienen alguna recomendación acerca del alga con que enriquecen las bebidas vegetales (Lithotamnium calcareum) respecto a la lactancia. Mi bebé de 7 meses es alérgico a la proteína de leche de vaca y busqué esta opción para mí en leche de avena por contener calcio, pero no sé si supone un exceso de yodo… ¡Muchas gracias!