La vida es mejor para millones de gallinas desde que se identifican sus huevos con números según se las trata y con qué alimentos se las cría. La elección está ya en manos del consumidor que, bien informado, puede decidir si gastar unos céntimos más le sale caro o no, si le interesa su salud y la de su familia; si le preocupa el trato que reciben los animales.


La información es vital y el derecho a ella debe ser exigido. Los consumidores de productos ecológicos ya estamos habituados a las etiquetas más claras y mejor informadas ya que las certificadoras de producción ecológica u orgánica son estrictas y deben serlo, pero en el gran mercado alimentario en general, la omisión o el engaño han sido en muchas ocasiones flagrantes. Con la normativa europea se han ido estableciendo obligaciones a seguir por productores y envasadores.

Los cambios que ya hemos notado en la mejor información de muchos productos de alimentación son fruto de la aplicación de esta nueva normativa europea 1169/2011 que se aplica desde diciembre de 2014 y que se amplía a partir de diciembre de 2016 al proporcionar también información nutricional de forma obligatoria. El tamaño de la letra de todo el etiquetado pasa a estar regulado con un tamaño mínimo legible. Como importante novedad deberán incluirse los ingredientes alérgenos presentes en el producto en color destacado. Las etiquetas deben informar al consumidor de importantes aspectos relativos al producto que harán que se escoja uno u otro según las necesidades de cada uno.

¿Cuáles son estos aspectos?

  • Composición de los alimentos. Lista de  ingredientes ordenados de mayor a menor peso; el grado alcohólico; si proviene de OMG Organismos Modificados Genéticamente; la cantidad neta de producto en volumen o peso.
  • Características nutricionales. Valor energético; proteínas; hidratos de carbono (azucares y almidones); grasas (saturadas o poliinsaturadas o monoinsaturadas); fibra; sal; vitaminas y minerales.

Información para alérgicos, celíacos y otros. Se obliga a indicar claramente en la etiqueta los 14 ingredientes alimentarios descritos como posibles alérgenos, entre ellos la leche, los huevos, el trigo y el pescado.

Condiciones de conservación. Fecha de caducidad o de consumo preferente. Este apartado incluye las instrucciones de conservación para garantizar que el producto alcance la fecha indicada.

  • Distintivos de origen y calidad. Indicación geográfica protegida o denominación de origen protegida. La calidad superior a otros productos se indica a través de entidades certificadoras. Aquí entraría la garantía de producción ecológica que certifica que la producción ha seguido unas normas europeas y no presenta residuos de productos de síntesis química, respetuosos con el medio ambiente y el bienestar animal.

Naturaleza y origen. Aquí es donde se debe mostrar quien y donde están ubicados el fabricante o el envasador o el vendedor responsable inscrito en la Unión Europea.

Además se debe informar siempre en la etiqueta de la presencia de nano materiales, fechas de congelación, en el caso de productos congelados, de si la pieza que se vende es un conglomerado de varias otras piezas a las que se les ha dado una forma final determinada, si hay agua añadida, etc.

Al productor o envasador se le presenta en muchas ocasiones un problema de espacio, pero la transparencia bien vale el esfuerzo en mostrar toda la información claramente.

Los alimentos sin envasar destinados a colectividades también serán más controlados con obligatoriedad de indicar los alérgenos, por ejemplo los productos destinados a la restauración, para ello la Agencia Española de Consumo Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) ha elaborado un proyecto de Real Decreto que se encuentra en fase de tramitación.

En fin, todos los avances en regular la información obligatoria de las etiquetas de los alimentos es bienvenida y seguro que además de informarnos nos forma y nos hace pensar si necesitamos azúcares o aditivos que den color a una sopa por ejemplo, o si preferimos escoger entre los productos honestos y nutritivos, siempre que podamos de producción ecológica. Por nuestra salud y la del planeta. 

Autora: Montse Mulé, Redactora, Eco-Animalista
Bio Eco Actual Febrero 2017