Llega el frío, el día se acorta y empezamos a notar el descenso de la temperatura. Así, estamos en temporada de gripes y resfriados.
La Apiterapia es la ciencia que estudia el uso de los productos derivados de la colmena, elaborados por las abejas; como la miel, la Jalea real, el polen, el veneno de abeja y el propóleo, para potenciar el estado de salud del ser humano. Si unimos ésta antigua terapia, a una alimentación equilibrada y rica en nutrientes que potencien nuestro estado defensivo, podremos mantener unas defensas fuertes, para afrontar el frío invernal.
El propóleo es una sustancia resinosa, que elaboran las abejas a partir de diferentes resinas de árboles y que utilizan para proteger la colmena de infecciones y de la invasión por patógenos. También para sellar agujeros y grietas y para revestir internamente la colmena, y así mantener su temperatura interior (35ºC). Los estudios con esta preciada materia prima, nos muestran su gran poder antimicrobiano, que actúa frente a diferentes cepas de bacterias y virus, al tiempo que es capaz de potenciar nuestro sistema inmune y contribuir a controlar la inflamación.
El propóleo se ha utilizado tradicionalmente por sus propiedades antisépticas, antiinflamatorias, antibacterianas, antimicóticas, cicatrizantes, antioxidantes e inmunomoduladoras. Se compone principalmente de resina (50%), cera (30%), aceites esenciales (10%), polen (5%) y otros compuestos orgánicos (5%). Contiene doce flavonoides diferentes y compuestos fenólicos, que parecen ser los responsables de su actividad antiinfecciosa y antiinflamatoria. El propóleo contiene además vitaminas del complejo B, vitamina C y E y minerales y oligoelementos (magnesio, calcio, potasio, cobre, zinc, manganeso etc.)
Las abejas nos ofrecen pues, una herramienta única para afrontar las infecciones bacterianas y virales asociadas a las estaciones frías. Esta preciada sustancia combina muy bien con la miel y los extractos de plantas, que también pueden contribuir a mantener un buen estado defensivo y a proteger el sistema respiratorio, calmar la tos y reducir la inflamación, como son la equinácea, el plantago, el malvavisco, la drosera, el regaliz, el tomillo, el sauce, el jengibre, las flores de malva y los frutos de acerola.
Autora: Maribel Saíz Cayuela, Licenciada en Ciencias biológicas
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Bio Eco Actual Octubre 2017