Para mantener un buen estado de salud es necesario proporcionar al organismo un aporte diario, correcto y equilibrado de vitaminas. Una dieta variada y rica en alimentos vitamínicos nos las va a proporcionar en la cantidad óptima. Por eso es importante tener en cuenta los complementos vitamínicos
Las vitaminas son necesarias ya que el organismo no las produce por sí mismo, por lo que su carencia se traduce en una alteración en el metabolismo corporal. La única excepción se encuentra en la vitamina D, que, aunque no se consuma en los alimentos, el organismo sí es capaz de sintetizarla tomando el sol a diario.
Las vitaminas son indispensables para el correcto funcionamiento de los procesos metabólicos del organismo. Su deficiencia o carencia va a provocar graves problemas de salud, entre otras patologías peligrosas encontramos decaimiento, anemia, depresión, cambios de ánimo, anorexia, amenorrea, o problemas digestivos. La carencia de vitaminas en ciertos periodos críticos, como el crecimiento o el embarazo, pueden condicionar el desarrollo del organismo de por vida, limitando el desarrollo óseo y muscular.
Las vitaminas, en función de la forma de ser asimiladas por el organismo, se agrupan en hidrosolubles y liposolubles. Las hidrosolubles son aquellas que se disuelven en agua, siendo por este motivo fácilmente eliminables y por tanto requieren una reposición continua en el organismo. Engloban a las vitaminas C, B1, B2, B3, B5, B6, B8, B9 y B12, y las encontramos en verduras, frutas, cereales, huevos y lácteos. Las vitaminas liposolubles son aquellas que se disuelven en grasas y aceites. Se encuentran en alimentos grasos y son almacenadas en los tejidos adiposos del cuerpo. Su reserva está garantizada, permitiendo periodos de tiempo sin ingesta de las mismas. Son las vitaminas A, D, E y K, y las encontramos en aceites, mantequillas, verduras, lácteos grasos, chocolate, cereales y soja.
No siempre es suficiente el aporte de vitaminas por los alimentos. En ciertas etapas el organismo consume más vitaminas, como en la gestación, el crecimiento y la vejez, y se hace necesario suplementar la dieta con complejos vitamínicos que impidan estados carenciales.
Una buena alternativa a las vitaminas de origen químico son los complejos vitamínicos a base de plantas
Las semillas de chía y de sacha inchi, las bayas de Goji, la espirulina, el fruto de baobab, las bayas de Açai, el amla, el cilantro, la mostaza, el diente de león, o las aromáticas como la albahaca, salvia, mejorana, romero, tomillo y orégano, son una riquísima fuente de vitaminas naturales.
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El Granero Integral
Autor: Raúl Martínez, Biólogo, Especialista en Medio Ambiente y Salud
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