Últimamente se repite mucho que debemos tomar la fruta siempre entera y que bebernos un zumo de naranja no solo no equivale a comer una naranja, sino que ni siquiera cuenta como ración de fruta.

Es cierto que cuando obtenemos zumo de una fruta, estamos desperdiciando una buena cantidad de la fibra y de los antioxidantes que se encuentran en la pulpa. Debido a que la alimentación occidental actual es tan pobre en frutas y verduras, el consejo de no reemplazar la fruta entera por zumos tiene mucho sentido. Sin embargo el efecto de un zumo de fruta, tomado correctamente, no es el mismo en el contexto de una dieta vegetariana o vegana, que de por sí tienen abundante fibra y antioxidantes.

Por ello las familias vegetarianas pueden tomar un zumo de fruta recién hecho en casa de vez en cuando sin sentir que están cometiendo ningún crimen nutricional. En los bebés, unas cucharadas de zumo de naranja o mandarina después de la comida del mediodía es una práctica muy interesante, ya que su vitamina C les ayudará a absorber el hierro de las verduras y legumbres. Los niños más mayores pueden tomar ocasionalmente un zumo recién hecho, acompañando a un desayuno o una merienda.

Estos consejos nos ayudarán a aprovechar mejor el potencial de los zumos y a minimizar sus efectos adversos:

  • Lo tomaremos siempre en pequeñas cantidades: no más de 50 ml los bebés menores de un año, 100 ml los niños de entre 1 y 3 años y máximo 150 ml los niños mayores y adultos.
  • Tómalo y enseña a tus hijos a tomarlo despacio, masticándolo más que bebiéndolo, y siempre acompañando a otros alimentos. Así conseguimos que la digestión y la absorción del azúcar sean más lentas.
  • Después de tomar un zumo de fruta (y de tomar fruta entera) es conveniente enjuagarse la boca con agua (niños mayores y adultos) u ofrecer al bebé unos sorbos de agua. Esto evitará que el azúcar y el ácido de la fruta dañen el esmalte dental.

Siempre que sea posible los batidos de fruta son preferibles a los zumos, ya que incluyen mucha más pulpa

Igualmente enseña a los niños y niñas a tomarlos despacio, a saborearlos y masticarlos. Un batido de frutas puede ser un excelente desayuno para los niños que no tienen mucha hambre por la mañana, especialmente si añadimos frutos secos y/o semillas bien molidos o en mantequilla.

Una alimentación vegetariana o vegana que esté basada en abundantes verduras y frutas, cereales integrales, legumbres y frutos secos, y que no tenga alimentos azucarados, puede incluir zumos recién exprimidos de vez en cuando sin que ello suponga ningún problema.

Autora: Miriam Martínez Biarge, Médico Pediatra

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