Paracelso ya se percató de que las diferentes partes de una planta aportan diferentes propiedades. Siglos después se comprobó que cada planta posee sus particularidades, pero la composición química del tejido embrionario de la planta presenta importantes diferencias que lo convierten en un concentrado de todo su potencial terapéutico. Os hablamos de la yemoterapia.

La Yemoterapia

Llamada en su origen por este motivo “Fitoembrioterapia”, la Yemoterapia es una rama de la fitoterapia, desarrollada por el médico belga Pol Henry en 1956, que utiliza los tejidos embrionarios de las plantas (yemas, brotes, raicillas, capullos, tallos jóvenes…)  con el fin de extraer de ellos toda la potencia energética de la futura planta. Años más tarde, el médico homeópata francés Max Tétau desarrolló la parte clínica de la yemoterapia y ésta se siguió desarrollando posteriormente gracias a otras muchas investigaciones de científicos como las de Andrianne, Milkers o Pittera.

Los estudios de la Yemoterapia se basan en que estas partes de la planta contienen altas concentraciones de diversas sustancias (compuestos bioactivos) que son fisiológicamente muy activas y permiten protegerse de ataques externos de manera que la planta pueda germinar. En la planta adulta, muchos elementos no están porque tienden a desaparecer durante el proceso de maduración y desarrollo.

Los tejidos embrionarios se encuentran en una fase de multiplicación celular muy intensa y contienen gran cantidad de hormonas de crecimiento, una alta concentración en material genético,  enzimas, vitaminas, oligoelementos y minerales perfectamente bioasimilables. Es por esto que los concentrados de yemoterapia poseen propiedades muy notables en cuanto a estimulación, regeneración y drenaje celular se refiere.

Los brotes, las yemas frescas y demás tejidos embrionarios se maceran en una mezcla de agua, alcohol y glicerina, para obtener un extracto llamado “macerado glicerinado”.  Existen extractos unitarios, los de una sola especie vegetal y complejos de yemoterapia, que combinan yemas de varias especies, incluso pueden incluir otras formas galénicas como aceites esenciales, oligoelementos o tinturas madre.

HERBALGEM, laboratorio de yemoterapia concentrada BIO

Herbalgem trabaja con un sistema de producción que preserva todos los minerales, aminoácidos y ácidos nucleicos de las plantas, recolectando a diario y estabilizando in situ, en una maceración a partes iguales de agua, glicerina y alcohol vegetal ecológico.

Es el caso de la savia fresca de abedul, reconocida por su gran poder depurativo sobre hígado, riñones, pulmones y piel. Rica en oligoelementos, polifenoles, vitaminas y con un alto aporte nutricional, la savia es recolectada en primavera para recoger todo el potencial de sus propiedades. Entre los preparados de savia de abedul de Herbalgem encontramos:

Depurasavia, complejo enriquecido con yemas de abedul y de grosellero negro, permite aliviar  la sobrecarga de toxinas  que genera cansancio, retención de líquidos, dolores articulares y afecta al estado de nuestra piel…  Estimula el metabolismo y es remineralizante.

Para las dietas de adelgazamieto, Silusavia es otro preparado de savia que además de su efecto antioxidante, ayuda a reducir la ansiedad por comer y actúa sobre el sistema digestivo y ayuda a la eliminación de grasas.

Para los deportistas, Sportisavia con yemas de arándano (ayudan a metabolizar los azúcares y a una mejor circulación capilar), yemas de avellano (para mejor calidad en la respiración y por tanto mejor oxigenación) que junto al resto de yemas y la savia fresca de abedul, tonifican el metabolismo y reducen la inflamación de los tejidos.

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Autora: Marta Gandarillas, Periodista especializada en Salud Natural, Titulada superior en Naturopatía y Terapeuta de Jin Shin Jyutsu.

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Bio Eco Actual Septiembre 2020