La Comisión Europea ha fijado como objetivo que en 2030 se cultive el 25% de la superficie agrícola en producción ecológica. Hablamos con Teresa Jordà, Consellera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Generalitat de Catalunya, sobre la producción ecológica y la transformación necesaria de los métodos convencionales para alcanzar este reto, así como sobre la implicación de la Generalitat para hacerlo posible.

Entrevista a Teresa Jordà

El pasado julio, en la presentación del Plan Reactivem Transformem (Reactivamos Transformamos), usted dijo que “Damos un salto sin precedentes para reactivar y transformar el sector agroalimentario, forestal y marítimo catalán”. ¿Qué grado de presencia tiene y tendrá la producción ecológica en esta transformación?

La oportunidad que se nos ha brindado (fruto de esta pandemia y de sus derivadas económicas y sociales) ha dado pie a poder trabajar desde el Gobierno, con los fondos de reestructuración que deben llegar desde la Unión Europea, en las diferentes líneas, cada uno de los departamentos, y hemos presentado 10 proyectos. Se nos han aceptado los 10. Esto quiere decir que son políticas que llevábamos muy trabajadas. Evidentemente estas políticas van totalmente ligadas con las agendas globales y las agendas europeas y con la Agenda Verde, el “greendeal”, como no podía ser de otra manera.

¿Piensa que no tendremos problema para llegar al 25% de suelos ecológicos 2030?

Estamos totalmente implicados en llegar a este 25% y para ello hay que hacer políticas muy valientes y muy fuertes en favor de la producción ecológica, pero ahora estamos alrededor del 7% (casi el 17% si hablamos de superficie cultivada) y llegar al 25% no es fácil. Nosotros seguimos con este modelo también de producción sostenible, que nos gusta el concepto y que nos hace englobar todo este tema de forma transversal.

El departamento, con respecto a todo el universo ecológico, desarrolla dos líneas de trabajo: una que va en relación a toda la normativa (certificación, inspecciones, autoridades competentes, control oficial) y otra que es la de fomento de las políticas, y es aquí donde justamente tenemos que seguir trabajando para que, en conjunto aumente y poder llegar a este 25% el 2030.

¿En qué se basa el Plan Reactivem Transformem en su apartado de producción sostenible?

Todos estos proyectos y la política de transformación, toda esta revolución (nosotros le llamamos un salto adelante) y la revolución en el sector, van dirigidos a la sociedad y a todos los retos de las Agendas Globales para garantizar la calidad de vida de los ciudadanos; impulsar la cohesión territorial, que se hace incentivando nuevos proyectos o nuevas líneas de negocio en nuestro ámbito, nuevos filones de empleo en el entorno de la economía verde y azul, elaborando circuitos cortos para acercar al productor con el consumidor. Y todo ello, con una producción agraria que es lo que es más sostenible. Esta es la clave: hacerlo todo más sostenible y más respetuoso con el medio, con la biodiversidad. En definitiva, establecer relaciones entre productores y consumidores, que es lo que busca esta revolución.

Entendiendo la importancia que tiene la producción ecológica, como factor central de estas prácticas sostenibles en la agricultura: ¿Cómo gestionan las acciones concretas para que la parte del sector agrario que quizás quiere convertirse pero no puede por el motivo que sea no se sienta discriminada?

Primero, es vital e importantísimo que el Departamento de Agricultura no funcione en direcciones generales estancas. Yo soy de las que siempre ha dicho que el Gobierno debe elaborar un Plan de Gobierno que concierna, porque casi todas las políticas son transversales y tocan más de un departamento. Tenemos que ser capaces de trabajar conjuntamente, y de manera interdepartamental de lo que nos ocupa y nos toca a todos.

¿Qué entienden ustedes por producción sostenible?

Va ligado con la agroecología. Es verdad que es un modelo nuevo que se ha trabajado mucho desde la Dirección General. Es un modelo de producción nuevo, voluntario, certificable y que lo que busca es aumentar la sostenibilidad en todos los aspectos de las explotaciones agrarias, en todos. La Dirección General de Agricultura y Ganadería tiene este modelo para hacerlo extremadamente integrador con todo el resto de direcciones generales, englobando la producción ecológica, integrando aspectos que la normativa comunitaria no prevé (como son por ejemplo la parte social que es importantísima, la parte de energía, la adaptación al nuevo cambio climático, etc…). Debemos ser capaces de encontrar un equilibrio entre la producción de alimentos, que es nuestro trabajo y estamos implicados, y la sostenibilidad de los recursos, que de alguna manera nos ofrece nuestro entorno natural, por lo que las explotaciones agrícolas sean económicamente rentables, ambientalmente sostenibles y socialmente aceptables, y no comprometan los recursos que las generaciones venideras deberían encontrarse.

¿Cómo valora el crecimiento continuado de dobles dígitos de la producción ecológica en Cataluña en la última década hasta alcanzar los 700 millones de euros de facturación anuales?

Muy positivamente. De hecho se está trabajando desde hace mucho tiempo, desde 2008 se está empujando con diferentes planes. Ahora se está a punto de terminar este 2020 pero ya estamos empezando a trabajar un nuevo plan en este sentido para fomentarla.

También cabe decir que si hemos llegado a esta facturación significa que las cosas se han hecho bien y aunque todavía encontramos escollos y problemas, yo creo que en Cataluña podemos estar muy contentos y satisfechos de los resultados, también lo tenemos que decir, porque son excelentes.

¿Por qué, teniendo Cataluña el mayor número de transformadores ecológicos y el mercado de consumo más grande de España, no tiene una feria de primer orden, impulsada desde el gobierno catalán?

Básicamente porque el Ministerio la ha puesto en Madrid. Es un tema interesante y también a explotar. Nosotros estamos trabajando desde hace tiempo con la Semana Bio, y estamos contentos y satisfechos y nos va dando resultados, pero en cualquier caso, sigue siendo una cuestión de recursos y de tiempo. Nosotros no tenemos un departamento que se dedique a hacer ferias, sí eventos, pero es una asignatura pendiente. Puede que, la Semana Bio sea el embrión de un evento mucho más grande.

¿Han considerado promover (y aplicar), como se hace en varios países de Europa, la compra pública de productos ecológicos?

Es vital y en eso estamos trabajando. Este tema concierne también a otros departamentos de la Generalitat. De hecho, tenemos un mandato del Parlamento de Cataluña que nos insta a hacerlo. Lo estamos trabajando y lo hemos trabajado muy bien con la Dirección General de Juventud del Departamento de Trabajo y Asuntos Sociales, los albergues de la Generalitat ya van en esta línea, también las escuelas.

¿Quiere dar un mensaje al sector a nivel de compromiso?

En primer lugar les doy las gracias por estar ahí, porque no es fácil: están sometidos a muchas normativas y certificaciones. Todos sabemos que esto tiene unos costes y esto quiere decir que detrás de ello, hay una militancia y unas creencias y no sólo una cuestión de voluntad.

El mensaje es seguir animando y trabajando y nosotros estaremos a su lado impulsando políticas para fomentarlo como lo hemos hecho desde el primer día, ahora ya más sólidos y sin duda para llegar a alcanzar este y todos los objetivos posibles.

Autor: Oriol Urrutia, Co-Editor, Politólogo.

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Bio Eco Actual Noviembre 2020