La cúrcuma es un rizoma derivado de la planta Curcuma longa, que se usa en medicinas tradicionales como la china o la ayurvédica desde hace miles de años con múltiples beneficios.

Cúrcuma y curcumina
Especialmente es reconocida por su acción antiinflamatoria gracias a la curcumina, su componente más activo y que también actúa como un potente antioxidante.
Precisamente, la curcumina (pigmento polifenólico) es la responsable de darle el color amarillo anaranjado a los platos y les aporta un sabor intenso ligeramente picante y amargo. La puedes encontrar en herboristerías o tiendas y supermercados ecológicos en rizoma o en polvo. Es una especie muy apreciada en la cocina oriental, especialmente en la vegetariana hindú, y también es uno de los ingredientes básicos que conforman el curry.
Principales beneficios
- En los últimos 20 años se han hecho muchos estudios científicos para profundizar más en el conocimiento sobre esta especie.
Antiinflamatorio natural
- Muy útil para combatir dolores articulares y artritis. A los deportistas les ayuda a recuperarse antes de las lesiones. Se equipara su eficacia a fármacos antiinflamatorios, pero sin sus efectos secundarios.
- Su acción también ayuda a mejorar patologías que cursan con inflamación como el Crohn o colitis ulcerosa.
Alivia problemas digestivos y hepáticos
- Al favorecer el funcionamiento del hígado y la descarga de bilis, se digieren mejor las grasas y mejoran las digestiones pesadas y las diarreas.
Mejora el estado de ánimo
- Ayuda a reducir el estrés y a modular la depresión porque reduce la inflamación neuronal.
Ayuda en enfermedades neurodegenerativas
- Al reducir la inflamación crónica del sistema nervioso central. Especialmente se ha estudiado en enfermos de Alzheimer.
Ayuda en el tratamiento del cáncer
- Al reducir la creación de nuevos vasos en los tumores, así como su diseminación (metástasis), y favorece la apoptosis celular.
- También se le atribuyen propiedades antivirales, antibacterianas, antifúngicas y reguladoras de la glucosa en sangre.
Se equipara su eficacia a fármacos antiinflamatorios, pero sin sus efectos secundarios
Cómo mejorar la absorción de la cúrcuma
- Uno de los grandes inconvenientes de la cúrcuma es que su biodisponibilidad es baja. Es decir, no tiene facilidad para ser absorbida y pasar a sangre.
- Una manera muy sencilla de mejorar su absorción es añadiendo un poco de pimienta negra molida, gracias a la acción de la piperina. También es interesante combinarla con alguna grasa porque se disuelve bien en ella y estimula la secreción de bilis.
- Aliñar unas verduras con aceite de oliva virgen extra, una cucharadita de postre de cúrcuma y un poquito de pimienta negra es una buena estrategia para beneficiarnos de los componentes medicinales de la cúrcuma.
- Otro aspecto a tener en cuenta es que la eliminamos rápidamente porque se metaboliza a gran velocidad en hígado e intestinos.
- Podemos jugar con ventaja retrasando su degradación y que esté más tiempo circulando en sangre si en la misma comida hay alguno de estos alimentos: ajo, cebolla, sésamo, uvas o manzana (con piel). También frena su eliminación una infusión de pasiflora con miel.
Suplementos
- Si tenemos alguna patología que requiera dosis diarias altas de cúrcuma, sería interesante tomar, bajo la supervisión de un terapeuta, un suplemento de cúrcuma.
- Los más biodisponibles son los que están presentados en forma de cúrcuma fitosomada o que además de curcumina incluyen curcuminoides y los aceites esenciales del rizoma.
- Está contraindicada si se toman anticoagulantes o antiplaquetarios. Tampoco se recomienda en caso de embarazo.
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Autora: Lluca Rullan, Periodista especializada en nutrición y salud natural. Dietista con perspectiva integrativa
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