Ya estamos en junio y se nota en el ambiente. Con la llegada del calor, nos apetece tomar platos frescos. Y es que las temperaturas estivales nos invitan a abandonar las cocciones largas, los estofados y los alimentos secos y pesados para adoptar una alimentación más fresca, ligera e hidratante.
Platos frescos, los protagonistas
En este sentido, las ensaladas frías, los zumos y batidos refrescantes, los helados y sorbetes de frutas naturales, las sopas y las cremas de verduras frías, así como los populares gazpacho y salmorejo son los verdaderos protagonistas e imprescindibles en los menús de esta temporada.
Las temperaturas estivales nos invitan a adoptar una alimentación más fresca, ligera e hidratante
La naturaleza es sabia, y por ello, en verano nos ofrece una gran variedad de frutas, verduras y hortalizas refrescantes, con mayor contenido en agua y de fácil digestión, para acompañarnos en los meses de calor. A continuación, veamos algunas de las más destacadas.
Frutas suculentas e hidratantes
Las frutas de verano son una buena fuente de hidratación repleta de minerales y vitaminas. Además, muchas de ellas son ricas en betacarotenos (vitamina A) que nos ayudan a proteger nuestra piel de los efectos de los rayos solares, además de favorecer nuestra vista.
Es época de albaricoques, arándanos, brevas, cerezas, grosellas, limones, mangos, manzanas y plátanos. Encontramos también frutas jugosas y suculentas como el melocotón, la nectarina, el paraguayo, el níspero, el melón y la sandía.
Aunque es cierto que encontramos algunas de estas frutas y verduras disponibles durante todo el año, en verano su calidad es óptima
Proliferan también las ciruelas, frambuesas y fresas. Ricas en propiedades antioxidantes, protegen las células de los radicales libres y contribuyen a mantener la salud cardiovascular. A medida que avanzamos en el calendario de verano, a lo largo de los meses de julio y agosto, obtenemos más abundancia de kiwis, piñas, peras y uvas.
Verduras y hortalizas de calidad óptima
Verduras y hortalizas como el calabacín, la calabaza, la cebolla, la judía verde, la lechuga, el nabo, el pepino y el pimiento llenan los mercados. También son importantes las cosechas de tomate, rábano, remolacha y zanahorias, dado que es su estación. A su vez, hay disponibilidad de berenjenas, acelgas, berros, patatas y puerros.
Aunque es cierto que encontramos algunas de estas frutas y verduras disponibles durante todo el año, en verano su calidad es óptima. Cosechadas en su temporada, se recolectan en el punto justo de maduración, cuando su sabor, su aspecto, su aroma y el número de nutrientes que contienen es mayor. Además, notamos la bajada de su precio en nuestros bolsillos.
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