A nadie le amarga un dulce. Dentro de una dieta equilibrada y variada, rica en alimentos vegetales frescos, no tendría que ser un problema el comer dulces de vez en cuando. Pero, lo es. Y lo es porque no solo se toma el dulce del que se es consciente, sino que esta cantidad se multiplica por la elevada presencia de azúcar en muchos de los alimentos que entran a las despensas y frigoríficos de la mayoría de hogares. Los productos procesados como son salsas, refrescos y bebidas energéticas, frutas en almíbar, yogures, flanes y natillas, chocolate con leche, cereales para el desayuno, galletas, entre muchos más, suman y suman, y, al final del día, se ha ingerido una cantidad exagerada de azúcar escondido en ellos.

Azúcar blanco, droga social
Otra problemática del azúcar es su potencial adictivo demostrado. Al liberar dopamina en el cerebro proporciona placer y, inconscientemente, se busca de nuevo esta sensación placentera, comiendo más productos azucarados. Algunas personas son más vulnerables a caer en el consumo excesivo, y por lo general, empeora por la combinación con grasas saturadas, que forman parte de los ingredientes de muchos productos, por ejemplo, de bollería, y ataca la salud.
Al azúcar se le puede considerar una droga social. Está bien visto celebrarlo todo con pasteles: aniversarios, bodas, aprobar los exámenes, cualquier ocasión invita a compartir dulces. Y no queremos prescindir de ello. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud aconseja reducir el consumo de azúcar al menos por debajo del 10% de la ingesta calórica total, y aún mejor reducirlo por debajo del 5%. Queremos seguir endulzando la vida y sus momentos y lo más inteligente es hacerlo con moderación.
Según el proceso de producción al que se ha sometido la caña de azúcar, variará el azúcar final
Pero, no todos los azúcares son iguales
No, ni mucho menos. Según el proceso de producción al que se ha sometido la caña de azúcar, variará el azúcar final. El azúcar blanco, refinado, al haber estado desposeído de su envoltorio, es una sustancia inerte, y para ser metabolizado, secuestra minerales del organismo, debilitando los huesos. No tiene nutrientes, solo calorías vacías. Con una carga glucémica alta, su consumo se relaciona al aumento de problemas de salud como son obesidad, diabetes, síndrome metabólico, hipertensión arterial, niveles elevados de colesterol y triglicéridos, resistencia a la insulina, etc.
Azúcar integral y melaza
Por otro lado, está el azúcar integral. Hay distintos tipos de azúcar integral según el proceso que se haya seguido para su producción. Puede tener mayor o menor cristalización, pero el integral no se refina. No confundir con el azúcar “moreno” refinado que solo está a un paso de ser blanco.
El azúcar integral con melaza tiene en su composición vitaminas y minerales
El azúcar integral con melaza, por el contrario, tiene en su composición vitaminas, como niacina, ácido pantoténico y riboflavina, y minerales, con riqueza en cobre, calcio y magnesio en una muy buena relación que ayuda al crecimiento y desarrollo de los huesos. También es rico en hierro, por lo que su calidad nutricional es alta y, en cambio, su carga glucémica es moderada.
Por todo ello, concluimos que para que sea bueno para el cuerpo y mente, el consumo de azúcar ha de ser moderado, en el conjunto de una dieta sana, compuesta por frutas y verduras, legumbres, cereales integrales y demás productos frescos, y siempre azúcar integral o integral con melaza.
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Sol Natural
Autora: Montse Mulé, Editora
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