¡Pueden y deben! Las legumbres son uno de los alimentos más nutritivos que existen. Son ricas en proteínas, hidratos de carbono complejos, vitaminas del grupo B, hierro, zinc, calcio, magnesio y fibra, y además aportan antioxidantes. Hasta hace poco se recomendaba posponerlas hasta después del año de edad. Los pediatras pensábamos que eran difíciles de digerir y que no aportaban gran cosa en la alimentación de los niños.

legumbres bebes febrero 17

Nada más lejos de la realidad. Es cierto que la leche materna, el único alimento de los bebés hasta los 6 meses, no tiene fibra, mientras que las legumbres tienen bastante. Pero la fibra es esencial en nuestra dieta y si nuestros hijos empiezan a tomarla desde muy pequeños su organismo se adaptará poco a poco a ella y podrán aprovechar todos sus beneficios. La fibra no solo “previene el estreñimiento”, la fibra es el alimento de nuestras bacterias intestinales por lo que contribuye a mantener una flora intestinal sana; y esto puede jugar un papel en la prevención de enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes y algunos tipos de cáncer.

A partir de los 6 meses los bebés deberían tomar una pequeña cantidad de legumbres a diario, acompañadas de verduras y hortalizas. De esta forma reemplazan a la carne y al pescado en las dietas vegetarianas y veganas. Incluso los bebés que no son vegetarianos se beneficiarían de tomar legumbres más a menudo y de sustituir varias veces por semana la carne y el pescado por legumbres.

Para empezar, podemos añadir una cucharada sopera de lentejitas rojas al puré de verduras y dejar que se cueza todo junto. Estas lentejitas se deshacen durante la cocción y añaden consistencia y nutrientes al puré. El tofu (que es un derivado de la soja y por tanto una legumbre) también puede darse desde los 6 meses, en un puré o pasado por la sartén con un poco de aceite y en trozos para que el bebé lo mastique. Otra forma de comer legumbres que a los bebés les encanta es el hummus de garbanzos y sésamo: se puede ofrecer como plato único a mediodía: untado en pan, a cucharadas o acompañando trocitos de verduras cocidas (patata, zanahoria, brécol).

Más adelante se pueden ir incorporando las alubias azukis, las lentejas enteras, y el resto de alubias de mayor tamaño. El tempeh es otro derivado de la soja con propiedades probióticas, y podemos ofrecerlo desde los 8-9 meses. Y por último los cacahuetes, que no son un fruto seco sino una legumbre, y que siempre molidos o en forma de mantequilla, pueden formar parte de la alimentación de los bebés desde los 7-8 meses de edad.

Autora: Miriam Martínez, Médico Pediatra www.mipediatravegetariano.com

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