Después de las vacaciones estivales toca recuperar rutinas y obligaciones. A parte de comprar mochilas y libros de texto, es crucial preparar la vuelta al cole también desde la vertiente de la salud. En la Medicina Tradicional China es tan importante este periodo que lo consideran la quinta estación o verano tardío.
El cuerpo humano tiende hacia la salud y los más pequeños tienen una energía vital muy alta que permite que se recuperan muchísimo más rápido que los adultos, pero hay que poner atención a ciertos aspectos para que estén fuertes para la llegada del frío y puedan seguir las clases con atención.
La salud es mucho más que la ausencia de enfermedad. Se trata de un equilibrio dinámico bio-psico-social que tenemos que conquistar día a día. Por esta razón, debemos proteger su salud de manera global para que crezcan sanos y fuertes. En un cuerpo (terreno) sano es más complicado que penetre la enfermedad.
Los desayunos y las meriendas son las comidas más conflictivas y donde se cometen la mayor parte de los errores nutricionales
Crecer con salud
Es importante reanudar las rutinas y los horarios para facilitarles orden: tanto de comida como de descanso. Juntamente con la evacuación, son las necesidades básicas que debemos cubrir porque afectan directamente a su salud.
Tenemos que asegurarnos que los nutrimos en cada bocado. Están en pleno proceso de crecimiento y tienen que tener suficiente energía para arrancar el curso escolar. Por esto, la alimentación de toda la familia tiene que estar basada en alimentos reales como las verduras, las frutas, las legumbres, los cereales integrales, las semillas, los frutos secos y los huevos.
Los desayunos y las meriendas son las comidas más conflictivas y donde se cometen la mayor parte de los errores nutricionales. Hay que evitar caer en la trampa de darles productos procesados a base de harinas refinadas, grasas de mala calidad y ricas en azúcar con falsas promesas de ser ricas en hierro, calcio o con vitaminas y minerales.
Un desayuno nutritivo puede ser, por ejemplo, unos copos de avena con fruta (plátano o compota casera) y frutos secos y semillas o una tostada de pan integral de masa madre con hummus o aguacate, aceite de oliva y sésamo. Para las meriendas, la mejor opción es fruta fresca y frutos secos.
Otro aspecto que muchas veces no se tiene en cuenta es el acompañamiento y gestión de las emociones. Los niños son personas que tienen sus propias necesidades y miedos que se pueden transformar en rabietas continuas si no son atendidas correctamente. Tenemos que aportarles escucha, apoyo y seguridad para que crezcan también emocionalmente y no les cause un estrés innecesario.
El deporte es otro de los pilares que podemos fomentarles desde pequeños: sin competitividad y sin esfuerzo porque el objetivo no es que ganen, sino que se muevan y hagan ejercicio físico.
Suplementación
Es interesante conocer suplementos naturales para poder tratar dolencias comunes típicas de su edad y de los meses más fríos:
- Equinácea: refuerza el sistema inmune frente a los cambios de estación.
- Própolis: aumenta las defensas y trata los resfriados.
- Cobre en oligolemento: un remedio muy efectivo ante los primeros síntomas de resfriado o infecciones (-itis).
- Cápsulas de orégano: antibiótico natural muy potente.
- Omega 3: nutre el sistema nervioso y ayuda en la concentración y el estudio.
- Probióticos: restablecen la microbiota intestinal. Útil después de tomar antibióticos o en caso de gastroenteritis.
- ViriKid: cuando queremos aportar un extra de vitaminas y minerales.
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Autora: Lluca Rullan, Periodista especializada en nutrición y salud natural. Dietista con perspectiva integrativa.
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