Durante el desarrollo de un niño o una niña, su paladar y sus gustos sobre las comidas van cambiando tanto en los formatos como en los alimentos. A veces notamos que aquello que hace poco les apasionaba pasa a no apetecerles en absoluto. Debemos tener en cuenta que los adultos también tenemos esos momentos en los que un alimento no nos atrae tanto y por ello dejamos de comprarlo o cocinarlo. En el caso de un niño no es tan sencillo porque es una decisión que no depende de él.

camuflar verduras
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Avivar nuestro ingenio

Puede que no tenga mayor relevancia si solamente son unos pocos alimentos ya que podremos sustituirlos por otros y mantener una alimentación nutritiva, pero si es una conducta que se extiende a demasiados ingredientes, que por lo general suelen ser las verduras, tenemos que hacer uso de nuestro ingenio para que continúen comiendo adecuadamente.

Camuflar estas verduras en su plato para que sigan tomándolas sin que generen rechazo puede parecer complicado, veamos algunas ideas para lograrlo:

  • Preparar cremas o purés es la opción más sencilla para camuflar la forma de los alimentos. En ocasiones sólo se trata de evitar que distingan visualmente un ingrediente. De esta manera podemos preparar prácticamente cualquier verdura. Rehoga cebolla, puerro o cebolleta para crear una base de sabor, añade una verdura y patata para aportar densidad. Agrega agua o caldo y cocina hasta que todo esté tierno. Para verduras fibrosas como los espárragos puedes colar después de triturar.
  • La cebolla puede generar cierto rechazo y como es algo que está presente en muchas elaboraciones puede ser problemático. Pica la cebolla muy fina o tritura con un procesador, así no se identificarán trozos regulares. Rehoga a fuego medio hasta que esté muy tierna antes de añadir otros ingredientes. De esta manera durante la cocción quedará prácticamente deshecha y no se reconocerá en el plato.

Cuando el problema es el sabor de una verdura en concreto, podemos camuflarlo con salsas, aliños o condimentos

  • Si el problema con una verdura en concreto es el sabor de esta tendremos que camuflarlo tapándolo con salsas, aliños o condimentos. Una salsa de cacahuete, de tomate, un ajoarriero, una bechamel o el uso de especias como el curry o adobar y marinar las verduras pueden convertir un sencillo calabacín o una coliflor en una verdadera fiesta de sabor.
  • Aunque el uso de purés sea socorrido, en ocasiones no es la solución y si queremos que nuestros hijos e hijas tomen legumbres y lo hagan junto con verduras podemos cocinar las verduras en trozos muy grandes y cuando el plato esté terminado, triturar solamente aquellas que no les apetezcan. Esto generará una base más sabrosa y aportará densidad al plato.

Autores: Iván Iglesias, Chef y profesor de cocina vegana y Estela Nieto, psicóloga, Master en psicopatología y salud, y especialista en psiconutrición

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Bio Eco Actual Noviembre 2022