Si de alguna manera tenemos que asociar un sabor a una etapa concreta de la vida, posiblemente el sabor dulce sea el que relacionamos con más facilidad con la infancia. La predisposición de los niños y niñas por el dulce parece responder a un mecanismo que nos hace reaccionar de manera positiva al sabor de la leche materna y evitar alimentos tóxicos. Pero el efecto del azúcar en el cuerpo es mucho más complicado, puede favorecer la aparición de enfermedades como la diabetes, problemas cardiovasculares, enfermedad de hígado graso o problemas de concentración.

dulce y niños
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Limitar el consumo de azúcar

En los pequeños de menos de 2 años, la Organización Mundial de la Salud recomienda evitar por completo el consumo de azúcar. Y más adelante, entre los 2 y los 16 años, limitar como mucho el azúcar añadido en la dieta al 5% de las calorías. Por suerte, el sabor dulce no se encuentra solamente en alimentos procesados, chucherías o bollería repleta de azúcar. La opción más saludable para “endulzarnos” serán las frutas. La fruta aporta un tipo de azúcar, la fructosa, pero además contiene vitaminas y fibra que evita su rápida absorción y hace que no resulte problemática, todo lo contrario. El consumo de varias piezas de fruta al día será uno de los hábitos más saludables que podemos enseñar a nuestros hijos e hijas.

En el caso de la bollería y los dulces, siempre será mucho mejor que la elaboremos en casa, de esta manera podremos controlar y reducir la cantidad de azúcar.

El consumo de varias piezas de fruta al día será uno de los hábitos más saludables que podemos enseñar a nuestros hijos e hijas

Algunas ideas prácticas para hacerlo:

  • Galletas de avena y plátano: con tan sólo 1 plátano, ½ taza de copos de avena y un poco de canela podemos hacer unas galletas de manera sencilla y aprovechar el azúcar presente en el plátano para evitar añadir nada más. Prepara una masa con los tres ingredientes, forma la galleta y hornea 20 minutos a 200˚C.
  • Fruta asada y compotas: Al cocinar la fruta, sobre todo al horno, el azúcar carameliza y parte del agua se evapora, por lo que el sabor dulce se hace más presente. En invierno, si nuestros hijos o hijas son reacios a la fruta cruda podemos ofrecérsela de esta manera.
  • Tatin: la tarta tatin se prepara tradicionalmente con masa quebrada, manzana y caramelo. Es una tarta realmente sencilla de preparar en la que se dispone la fruta en trozos grandes en una bandeja y la masa se coloca encima cubriéndola. Si omitimos el caramelo será mucho más saludable.
  • Chucherías de fruta: la fruta deshidratada, al perder parte del agua, concentra el azúcar presente de manera natural. Siempre serán una alternativa mucho más saludable a las chucherías, caramelos y gominolas.

Autores: Iván Iglesias, Chef y profesor de cocina vegana y Estela Nieto, psicóloga, Master en psicopatología y salud, y especialista en psiconutrición

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Bio Eco Actual Enero 2023