Si hay un grupo de alimentos por excelencia que crea dudas y confusión a los padres a la hora de ofrecérselo a nuestros hijos es el de los frutos secos. Todos hemos escuchado que los frutos secos engordan o que los más pequeños se pueden atragantar, por lo que es posible que terminemos olvidándolos en su dieta. Pero en realidad, los frutos secos suponen una fuente maravillosa de proteínas, grasas de excelente calidad y fibra.

frutos secos
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Las grasas que contienen los frutos secos son grasas monoinsaturadas o poliinsaturadas, las que nos ofrecen beneficios para nuestro organismo, ya que son ricas en omega 3 y 6 y son excelentes para nuestro corazón. También suponen un aporte estupendo de minerales y vitaminas.

La mejor opción para consumirlos será siempre en su estado natural o tostados. El proceso de tostado de un fruto seco mejora su digestibilidad y su sabor, pero en caso de hacerlo nosotros mismos es importante que lo hagamos a baja temperatura para no llegar a quemarlos ni cocinarlos en exceso.

Los frutos secos suponen una fuente maravillosa de proteínas, grasas de excelente calidad y fibra

Frente al tostado, nos encontramos otras presentaciones como frutos secos fritos, salados o saborizados con sazonadores y condimentos que, además de incluir elevadas cantidades de sal, pueden contener sustancias que harán que su aporte nutricional no sea tan beneficioso. En el caso de los frutos secos fritos, supone un aporte extra de calorías innecesarias que no los hace mejores, sino todo lo contrario. Si queremos ofrecerlos a nuestros hijos crudos en su estado natural, una opción interesante es remojarlos previamente. Con esto se consigue mejorar su digestibilidad ya que así se eliminan sustancias, como los fitatos, que pueden interferir en la absorción de otros nutrientes. De esta manera, tras el remojo se pueden secar y tostar o directamente aprovechar que están más tiernos para añadirlos a cremas, purés o batidos con frutas.

Ofrecer una pequeña cantidad diariamente a nuestros hijos enriquecerá su dieta y la hará mucho más nutritiva. Pero como no todos los frutos secos son iguales y, cada uno, dentro de sus propiedades nutricionales, contiene algunas específicas, es interesante que rotemos y variemos a la hora de dar frutos secos a los niños y niñas.

Aunque los peques pueden consumir frutos secos incluso antes de cumplir el año, es muy importante que, para evitar atragantamientos, la forma de incluirlos en su dieta sea en formato crema o molidos, hasta que cumplan 4 o 5 años. De esta manera, podrán disfrutar de sus beneficios de forma segura. Sí se podrán utilizar mantequillas de frutos secos para untar tostadas, enriquecer sopas o cremas, en bocadillos o para mojar frutas, por ejemplo.

Autores: Iván Iglesias, Chef y profesor de cocina vegana y Estela Nieto, psicóloga, Master en psicopatología y salud, y especialista en psiconutrición

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Bio Eco Actual Mayo 2023