Los alimentos amargos no suelen ser de agrado para nuestro paladar, y es que el amargo es el menos aceptado de los cuatro sabores básicos, los otros tres son dulce, salado y ácido. Es así como prevención ante envenenamientos, ya que la mayoría de las substancias tóxicas son amargas.

La bondad de los alimentos amargos
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¿Por qué son buenos los alimentos amargos?

Los alimentos amargos son algunos de los alimentos más saludables que existen, a los que no queremos renunciar. Usándolos junto a otros alimentos se puede educar el paladar para disfrutar de su sabor amargo.

¿Cuáles son estos alimentos?

Son ejemplos de sabor amargo que se suele camuflar el café y el cacao, aunque la tendencia parece ser tomar chocolates cada vez más puros y menos endulzados. En otras bebidas como la cerveza y el agua tónica se acepta con placer. Los alimentos amargos como las aceitunas son aperitivos y abren el apetito.

Lo son numerosas ensaladas como la escarola y la endivia, de la familia de las achicorias, algunas lechugas próximas al diente de león, y la rúcula. Es el sabor de muchas verduras, como las alcachofas y los cardos, pero también los espárragos, el apio, la col kale y en menor medida otros tipos de coles y brócolis.

Las berenjenas pueden ser amargas y otras hortalizas como acelgas, espinacas y nabos lo son levemente. El limón y el pomelo además de ácidos también pueden ser amargos, y existen variedades de melones, pepinos y calabazas amargas. Numerosas plantas medicinales contienen este sabor, que potencia sus efectos.

Propiedades

Los alimentos amargos liberan una hormona llamada gastrina que estimula la función de los órganos digestivos, evitando digestiones pesadas:

  • Incrementan jugos gástricos, una eficaz barrera frente a infecciones por microorganismos. Permiten absorber mejor la vitamina B12 y prevenir la anemia.
  • Estimulan el hígado y un buen aporte y calidad de la bilis que previene la formación de cálculos en la vesícula, facilitan la absorción de grasas y vitaminas liposolubles (A, D, E y K) y equilibran el colesterol de la sangre.
  • Activan la secreción de jugos pancreáticos que mantienen el equilibrio glucémico.
  • Aumentan los movimientos peristálticos del intestino. Favorecen el tránsito, evitan el estreñimiento, las flatulencias y la retención extra de grasas y calorías.
  • Las verduras amargas alcalinizan el organismo y previenen la acidificación de la sangre. Son ricas en fibra y en vitaminas A, C, K y B9, así como en calcio, potasio y magnesio.
  • Permiten un aprovechamiento eficaz de los nutrientes que repercute también en el estado de ánimo. Son adecuados para personas débiles, convalecientes o con anorexia.
  • No son apropiados para las personas con úlceras o acidosis estomacal.

Autora: Mercedes Blasco. Nutricionista, Máster en Nutrición y salud

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Bio Eco Actual Marzo 2021